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La Verdad sobre la Carrera Espacial (Episodio I)

La mayoría habéis oído hablar de la carrera espacial, pero la historia que hay tras ella, es realmente sorprendente. A muchos la astronomía o el universo quizás no os entusiasme, o no lo comprendáis, pero como todos los post que hago, mi máxima es intentar que se conozca  la verdad (con hechos, pruebas y datos), haciendo de cada episodio un entretenimiento, que atraiga al lector, que se sorprenda, sea cual sea el tema a tratar (religión, astronomía, arte, biografías…), que conozcáis  toda la historia paralela que hay detrás de cada historia que conocemos, que tengáis constancia de que hay muchas cosas que se desconocen, y que son muy importantes tener en cuenta, porque nos detallan más información útil que aquello que damos por válido.

También intento que al abordar cualquier tema, sea irrelevante o apenas tenga importancia, que la persona que se disponga a leerlo, tenga nociones del tema en cuestión, porque si no, seguramente no empezaría a leer muchos post. Da igual que se sepa de arqueología, de astronomía, de las religiones, astrología, de ciencia cuántica… porque una vez se empieza a leer un episodio, todo se comprende fácilmente, o por lo menos lo intento lo máximo que puedo, ya que lo único importante es comprender los hechos y las pruebas, aglutinar todo y sacar conclusiones lógicas motivadas por la razón. Por este motivo, apenas suelo dar mi opinión, simplemente relato los hechos que creo todas las personas querrían saber y conocer, aquello que no les han enseñado en la escuela, ni viene en los libros, y donde yacen las verdaderas historias que hacen comprensible todo.

Durante siglos, viajar al Espacio era una idea imposible, hasta que dos científicos rivales, se enfrascaron en una carrera por hacer realidad ese sueño. Su lucha haría historia. Uno de ellos, un alemán miembro de la SS y del Partido Nacional Socialista que se pasó al bando norteamericano, un hombre adelantado a su tiempo. En el otro, un soviético encerrado en un gulag (campos soviéticos de trabajos forzados), acusado de delitos que no había cometido, que se convertiría en la mente revolucionaria del aparato tecnológico soviético. Estas dos personas, cambiarían la historia para siempre.

El 20 de julio de 1.969, la raza humana logró pisar por primera vez otro planeta, pero antes de que llegara ese día, tuvieron que ocurrir muchísimas cosas, situaciones que apenas se conocen, así que retrocedamos al comienzo, cómo surgió ese primer paso aquí en la Tierra, para convertirse en el mayor de los saltos en el Espacio.

Alemania está  a punto de perder la II Guerra Mundial, y como medida desesperada lanza un cohete experimental secreto, el V-2V» proviene de Vergeltungswaffe, traducido sería «arma de represalia»  o de «Venganza»). Fue el primer misil balístico de combate de largo alcance del mundo.

Era el misil más potente conocido, alcanzando cuatro veces la velocidad del sonido. Este cohete, tardó 6 minutos en recorrer 320 km, distancia que le separaba de su objetivo, Londres. Sin darse cuenta, ese misil supondría el comienzo para poder explorar el Universo, para poder pensar en alcanzarlo, convirtiéndose en el primer artefacto humano conocido que hizo un vuelo suborbital.

El V-2, fue el progenitor de todos los cohetes modernos, incluyendo los utilizados por los programas espaciales de EE.UU. y de la URSS. Tanto los estadounidenses, como los rusos, empezaron las maniobras para hacerse con un V-2. EE.UU. tenía la bomba atómica, pero sus cohetes no eran potentes, así que contar con un V-2, que pudiera desplazarse cientos de km portando una ojiva nuclear, era un objetivo prioritario. Así que decidieron capturar a la mente pensante del proyecto nazi, al diseñador Wernher von Braun. 

Los rusos, estaban cercando el lugar donde estaba Von Braun, en la base de Peenemünde, al norte de Alemania. Pero antes de llegar, encontraron una carcasa abandonada de un V-2, en un hangar abandonado por las prisas de la inminente llegada del ejército ruso. El Coronel-General de la policía secreta de Stalin, Ivan Serov, ordenó embalar todo el cohete y llevárselo a Moscú. Serov se convertirá en el primer director del KGB  entre 1.954 y 1.958.

Von Braun, decide guardar todos los planos y documentos importantes para que no caigan en manos soviéticas. Esos planos que salvó, llevarían a la raza humana a conquistar el Espacio. Una vez a salvo, para poder seguir vinculado a la investigación de cohetes, aceptó el puesto de Comandante de la SS (Schutz Staffel, que significa «Escuadrones de Defensa»). Al dirigirse hacia el sur, se alejó de los soviéticos, pero se acercó a territorios con más presencia de norteamericanos. Una vez en su destino, Von Braun siguió investigando no solo en el V-2, sino también en la idea que más le apasionaba, sobre cohetes tripulados al Espacio.

Ante el desarrollo de la guerra, no muy positiva para los nazis, Von Braun recibe la visita del General de la SS, Hans Kammler, que le ordena abandonar la «absurda» idea de los viajes tripulados, y centrarse en exclusiva en el V-2, y pasar de construir 35 misiles diarios a 70, a duplicar la producción. Mientras tanto, y ya con los aliados a las puertas de Berlín, tanto soviéticos como americanos, no solo desean capturar a Adolf Hitler, sino que existe una «batalla» entre ambas potencias para hacerse con Von Braun. Los alemanes, eran la potencia más avanzada en tecnología, y obtener sus secretos supondría un gran avance armamentístico al país que poseyera toda esa información.

Los alemanes fueron los precursores de la bomba atómica, la bomba de hidrógeno, bombas de  aire, cohetes avanzados, materiales de invisibilidad anti-radar, misiles guiados, cañones de sonido,  de viento y de vórtex, raíles electromagnéticos, rayos láser, aviones con motores atómicos, etc… y Von Braun era el más avanzado ingeniero de todos en el apartado de cohetes de propulsión, capaces de alcanzar la órbita terrestre.

Se piensa que los nazis tuvieron acceso a información tecnológica demasiado avanzada, que poseían naves extraterrestres, y que utilizaron la ingeniería inversa para descubrir cómo funcionaban, tarea que se le encomendó  al inventor Viktor Schauberger. Los progresos nazis les llevaron a construir un prototipo llamado Haunebu.

Incluso la bomba atómica, ya fue descubierta también por los alemanes Otto Hahn y Fritz Strassman, dividiendo los átomos de uranio, y descubriendo la fisión, la base de la energía nuclear. Inexplicablemente, dejaron de lado el paso final para la consecución de la bomba atómica, para dedicarse en exclusiva a otro tipo de armas, según ellos más potentes y decisivas para la guerra, como el Die Glocke «La Campana».

Todos los recursos y esfuerzos alemanes, fueron a parar a este arma. Los nazis pensaban que necesitaban algo más que una bomba atómica para cambiar el curso de la guerra. La Campana, según los científicos alemanes, era el arma más poderosa jamás vista, capaz de cambiar el rumbo de la historia en un segundo. “La Campana” poseía el epígrafe “Decisivo para la Guerra”. Se cree que se trataba de un arma capaz de alterar el espacio-tiempo.

Los jefes soviéticos, viendo lo complicado que estaba capturar a Von Braun, deciden preguntar al camarada Valentín Glushko, experto en motores para proyectiles, quién podría ser la persona más cualificada que tienen para poder hacerse cargo de la investigación y desarrollo de cohetes. Glushko, ante la tesitura de tener que decir la verdad, recomienda a Serguéi Koroliov. La decisión de recomendar a Koroliov, no fue sencilla, ya que estaba encarcelado por supuestas actividades antisoviéticas. Es decir, un alto mando soviético, estaba recomendando a un «criminal», para llevar a cabo una tarea tan importante y prioritaria para la URSS, una decisión muy complicada, ya que podrían acusarle de traición o cualquier otro cargo, y aplicarle la pena de muerte.

Koroliov, estaba preso porque fue el mismo Valentín Glushko quien lo denunció, en lo que se denominó «La Gran Purga». Este fue el nombre dado a la serie de campañas de represión y persecución políticas, donde cientos de miles de miembros del Partido Comunista, socialistas, anarquistas y opositores, fueron perseguidos o vigilados por la policía. También se llevaron a cabo juicios públicos, se enviaron a cientos de miles de personas a campos de concentración (gulag) y otros cientos de miles fueron ejecutados. Un movimiento parecido tuvo lugar en los EE.UU., llamado el Macarthismo (por el Senador Joseph McCarthy), en referencia a acusaciones de deslealtad, subversión o traición a la patria, desencadenando un extendido proceso de delaciones, acusaciones infundadas, denuncias, interrogatorios, procesos irregulares y listas negras, contra personas sospechosas de ser comunistas, donde se encontraban artistas, escritores, actores, músicos, etc… sin llegar al extremo de campos de concentración ni ejecuciones.

Koroliov llevaba seis años encerrado en un gulag (le condenaron a diez años). Koroliov era un auténtico genio, para muchos la mente más avanzada en el campo de la propulsión de cohetes, por encima de Von Braun.

En 1.933, cuando solo tenía 25 años, consiguió junto a un grupo de amigos,  el primer lanzamiento de un cohete de combustible líquido, denominado GIRD-09.  Su sueño, al igual que el de Von Braun, era poder viajar a la Luna. Koroliov había trabajado estrechamente con Glushko. Bajo tortura, Stalin obligó a Glushko a denunciar a Koroliov, emitiendo falsas acusaciones de sabotaje, condenándole a diez años de trabajos forzados en un gulag de Siberia. Fue acusado de subversión, al parecer debido a su deseo de trabajar en aeronaves propulsadas por cohetes de combustible líquido más que en cohetes de combustible sólido, gastando demasiado dinero en un proyecto que no era prioritario para Stalin.

Debido a la urgente necesidad de crear un programa soviético de cohetes, se necesitaron los conocimientos de Koroliov, así que es liberado de los campos de trabajo y es enviado a Alemania.

El 1 de abril de 1.945, el ejército de los EE.UU.  se encuentra a tan solo 19 km de distancia de los alemanes. El General de la SS, Hans Kammler, despierta a Von Braun y sus hombres para ordenarles que destruyan todos los planos y documentos, ya que a primera hora de la mañana partirán en tren rumbo a los Alpes sin apenas equipaje. Aquél que desobedezca será ejecutado. Pero Von Braun, conocedor de lo importante y valioso que había en esos planos, el tiempo dedicado, no estaba dispuesto a deshacerse de ellos, así que le dijo a uno de sus hombres que escondiera los planos y documentos más importantes. En esos documentos, estaban los trabajos sobre viajes espaciales.

Los norteamericanos, llegan a la V2 Factory donde trabajaba Von Braun, la cual se esconde dentro de una montaña.

Se adentran varios km por túneles comunicados, donde se han construido más de 5.000 cohetes V-2. En la parte sur de la montaña, los soldados del ejército norteamericano encuentran el Campamento Mittelbau-Dora, dirigido por la SS para proporcionar trabajadores esclavos para la fábrica. Aproximadamente 60.000 prisioneros, de 21 países diferentes (en su mayoría rusos, polacos y franceses), pasaron por Dora. Se estima que 20.000 prisioneros murieron; 9.000 murieron de agotamiento y colapso; 350 murieron ahorcados (incluyendo 200 para el sabotaje), el resto murió principalmente por  enfermedad y de hambre.

Una vez en los Alpes, Von Braun habla con la persona a quien encomendó la tarea de esconder los planos, los cuales están ocultos en una mina abandonada. Von Braun sabe, que si Alemania pierde la guerra, la SS los ejecutará, ya que se trata de los mejores ingenieros alemanes. El 30 de abril de 1.945, la SS recibe la noticia que su Führer ha fallecido, así que deciden ejecutar las órdenes, pero Von Braun ha escapado y se ha entregado al ejército norteamericano, ya que sabe que los alemanes le matarían.

Mientras le interrogaban, decía que los V-2 eran solo una «excusa» para miras más altas, como el cohete A-9, un cohete tripulado capaz de recorrer 6.000 km en 17 minutos. Una vez empezó a hablar, parecía como si diera una clase teórica en una Universidad, hablando de la fuerza de propulsión, de cómo superar la fuerza de la gravedad, cómo aterrizar, cómo orbitar la luna en tan solo 19 minutos, cómo sería la plataforma de lanzamiento, y los beneficios ilimitados que traería a un país conseguir todo eso, cómo revolucionaría la civilización. Su exposición fue tan rotunda, que ni su pertenencia a la SS ni su afiliación al Partido Nacional Socialista, impidieron que EE.UU. se lo llevara a él y su equipo, junto con 100 cohetes V-2, rumbo al país de las barras y estrellas.

El 6 de agosto de 1.945, EE.UU. lanza la bomba atómica sobre Hiroshima, esto significaba que EE.UU. poseía el arma más mortífera sobre el planeta, y además contaba con el ingeniero de cohetes más avanzado que se conocía, Von Braun. Ese mismo mes, llegan a EE.UU. Von Braun y 127 de sus mejores científicos. Este «reclutamiento» científico, se llamó Operación Paperclip.

La caída del III Reich, dejó «huérfanos» a muchas mentes brillantes, que eran objetivo de los nazis para matarlos y no cayeran en manos enemigas, así que más de 700 científicos y sus familias, fueron llevados secretamente a EE.UU., sin el conocimiento o aprobación del Departamento de Estado. Ninguno de ellos tenía cualificación para un visado de entrada al país, ya que todos habían servido a la causa nazi. Estos científicos fueron destinados a Fort Bliss, en el desierto de Texas.

Por su parte, los soviéticos consiguieron reclutar también a algunos ingenieros y científicos de los V-2. Entre ellos, se encontraba Helmut Gottrup, un asistente de Von Braun, logrando hacer funcionar un motor V-2 junto a Koroliov. La misión de reclutar a científicos e ingenieros alemanes, por parte de la Unión Soviética, se denominó Operación Osoaviakhim. Gottrup tuvo muchas discrepancias con Von Braun cuando trabajaban juntos, y esta era la oportunidad para no ser un subordinado, sino el jefe de la investigación y desarrollo de cohetes. 92 trenes y varios cohetes V-2 tomaron rumbo a Moscú. Empieza la Guerra Fría.

Esta situación provoca la creación de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), creada el 18 de septiembre de 1.946 por el Presidente Harry Truman, creada en un primer instante para evitar la expansión del comunismo durante la época de la Guerra Fría.

Mientras los mandos norteamericanos, parecen estar parados sin hacer nada con toda la información alemana, Stalin ha dado luz verde a Koroliov para desarrollar los cohetes con la ayuda alemana. Los ingenieros nazis, se quedan sorprendidos de la tecnología tan obsoleta y desfasada que tienen los rusos, lo que les llevará años remodelar todo y conseguir lo que desean. Tres años más tarde, el 17 de septiembre de 1.948, los soviéticos se disponen a lanzar su primer cohete V-2. Serov está muy pendiente de lo que suceda, para informar a Stalin de los progresos. El lanzamiento es un gran fracaso, ni siquiera el cohete llegó a levantarse del suelo. En el segundo lanzamiento, el cohete explotó en el aire.

Una noche, el teléfono de Koroliov suena, al descolgar solo se escucha el silencio, pero hay alguien al otro lado porque se oye la respiración. De repente, una voz dice «no más fallos», y cuelga. No dijo quién era, pero Koroliov reconoció esa voz, era Stalin. Koroliov decide tomar la iniciativa, y le presenta a Glushko un nuevo plan, hacer cohetes más ligeros, compuesto de varios módulos separables, dividido en varias fases. El problema de esa idea, radicaba en la potencia de los motores, tenían que conseguir mucha más potencia.

Mientras tanto, en EE.UU. Von Braun solo conseguía impartir clases teóricas de sus ideas, y cuestionado de forma constante por su origen nazi. Los archivos secretos de la SS, revelaron que Von Braun seleccionó mano de obra esclava para trabajar en los V-2, información que el ejército americano lo tenía bajo alto secreto.

El 25 de septiembre de 1.949, Koroliov se dispuso a probar su nuevo cohete, el primero diseñado por un soviético, más ligero y con una fase superior separable. Si el lanzamiento se convierte en un nuevo fracaso, Koroliov sería enviado nuevamente al gulag, en Siberia. El cohete despega satisfactoriamente, ahora hay que esperar a recibir noticias de si el cohete ha alcanzado su objetivo a 500 km de distancia. 15 minutos más tarde, suena el teléfono, es la confirmación que estaban esperando. El lanzamiento ha sido todo un éxito. La carrera por llegar al Espacio ha comenzado, y los soviéticos se han puesto por delante, bajo el mando de un hombre sacado de prisión, que a partir de ese momento se convierte en el Camarada Diseñador en Jefe.

Al terminar la II Guerra Mundial, un telón de acero se erigió desde las ruinas de Europa, separando al Este Comunista del Oeste Capitalista. La Guerra Fría entre la Unión Soviética y los EE.UU., empezó como temor a un posible ataque nuclear del otro bando. Siete años después de la bomba de Hiroshima, EE.UU. probó una nueva arma más potente, la bomba de Hidrógeno. Un años después, el 12 de agosto de 1.953, la Unión Soviética también prueba su Bomba-H. Tras los éxitos continuos de las pruebas, el alto mando soviético le da a Koroliov nuevas instrucciones, conseguir que un cohete cargue una cabeza de 5 toneladas, y fuera capaz de recorrer 8.000 km, que llegara a EE.UU.

Para los militares, la construcción de ese cohete sería vital para mantener a raya a su mayor enemigo tecnológico. Para Koroliov, significaba la mayor oportunidad para poder desarrollar cohetes capaces de llegar al Espacio, y alcanzar los sueños que siempre había tenido. En cambio, Von Braun se encuentra en una situación totalmente diferente, ya que el Ejército norteamericano solo le permite desarrollar cohetes de corto alcance, un duro golpe para las aspiraciones de Von Braun. EE.UU. no tenía en mente ningún programa espacial ni nada parecido, todo parecía demasiado remoto. Los militares no daban importancia a conquistar el Espacio, por lo que el dinero público iba destinado a otras funciones más prioritarias.

Así que Von Braun, decide enseñar el Espacio al público, al ciudadano americano, la nueva frontera a conquistar. En aquellas fechas, Von Braun desconocía tener un «enemigo» en la Unión Soviética que le sacaba mucha ventaja, esto era porque la existencia de Koroliov, era de alto secreto. En cambio, Koroliov sí conocía la existencia de Von Braun trabajando para EE.UU. Koroliov le daba vueltas a cómo conseguir levantar una cabeza nuclear de 5 toneladas, una carga 5 veces mayor que la actual, que debía ser enviada a una distancia también 5 veces más larga. Había que cambiar todos los conceptos científicos que tenían para poder llegar a soluciones nuevas que requerían de grandes conocimientos e imaginación.

Para Koroliov y su ingeniero Vasily Mishin, era el mayor reto de la historia. Mientras estaban sentados en un parque buscando ideas nuevas, inspiración y respuestas, Koroliov observaba un edificio a lo lejos, y se dio cuenta que el cohete a construir sería más alto que dicho edificio. Si conseguía su misión, el paso para poder enviar un satélite al Espacio estaría realmente cerca. Para poder construir el nuevo cohete, Koroliov sabía que necesitaría la ayuda de la persona que le traicionó durante las purgas de Stalin, el Jefe de Diseño de Motores de Cohetes de la Unión Soviética, Valentín Glushko.

Koroliov le dijo a Glushko que en lugar de un solo motor, había que conseguir que el cohete llevara varios motores, con ello conseguirían más fuerza y más estabilidad. Junto con la idea de los cuatro motores, Koroliov también introdujo otra modificación. Una vez que el combustible que alimentaba a esos motores se hubiera terminado, esos tanques se separarían del cohete liberando peso que ya no se necesitaba, haciendo que el cohete principal, allí donde va incorporada la ojiva nuclear, obtuviera más potencia aún.

El nuevo cohete es llamado R-7, tan grande como su torre de lanzamiento, la cual tiene que ser construida. Para ello, eligen un lugar a 643 km de Moscú, en Baikonur (Kazajistán), donde se construiría la mayor instalación de lanzamiento espacial. La fecha oficial de fundación del Cosmódromo de Baikonur fue tal día como hoy, el 2 de junio de 1.955. En aquellos años, al mando de la Unión Soviética se encontraba Nikita Khrushchev.

Koroliov intentaba convencer a los altos mando soviéticos, que el cohete a construir tendrían múltiples funciones, y la capacidad de poder colocar en el Espacio satélites espía, capaces de escudriñar todo el planeta, incluso aquello que EE.UU. no quisiera que nadie viera.

Von Braun, mientras tanto, intentaba captar la atención para que se comprendiera la utilidad de invertir en la creación de cohetes más potentes, capaces de llegar al Espacio, así que toma la ofensiva para persuadir al mando militar. En una maniobra inusitada, convence a la Compañía Walt Disney a mostrar sus proyectos sobre el Espacio, para salir por TV y que lo vieran los ciudadanos norteamericanos, seguramente para provocar una presión social. En este documento, se puede ver aquel instante ocurrido en 1.959, donde Von Braun se dirige a los EE.UU. para explicar el proyecto.

En este alegato, Von Braun habla de cómo América aparecerá vista desde el Espacio como un mosaico verde y marrón, atravesado por la Montañas Rocosas, rodeado de un brillante mar azul. Por la noche, las ciudades se convierten en centelleantes puntos de luz. Habla de la conquista del Espacio, que EE.UU. necesita afrontar ya que es una nación pacífica, y que si «otro» país lo lograra antes, sus fines serían seguramente menos pacíficas. Esta transmisión lo vieron casi 50 millones de personas. En esa época, EE.UU contaba con una población de 150 millones de personas, y no todas tenían acceso al televisor, por lo que muchas personas se reunieron en bares o casas de amigos o familiares para verlo Es decir, la transmisión de Von Braun fue vista prácticamente por toda la población de EE.UU., que se emitió en un horario «prime- time» de máxima audiencia.

Esto hizo que Von Braun pasara del anonimato a ser muy conocido, y que las decisiones a adoptar por los altos mandos políticos, empezaran a virar a su favor, viendo en ello, la posibilidad de lanzar satélites espías secretos. Así que anuncian un plan camuflado como un programa de satélites científicos, para lanzar un satélite y ponerlo en órbita. Esta noticia llega a oídos de Koroliov, viendo en ello una gran amenaza real en la posibilidad de ser él y su país, los primeros en lanzar un satélite que orbite la Tierra. Koroliov insta al alto mando que recapaciten sobre ello, y le permitan lanzar un satélite antes que los norteamericanos.

Lo que no sabe Koroliov, es que Von Braun debe competir aún por conseguir un contrato  para el nuevo satélite., así que piensa que si se nacionaliza como ciudadano norteamericano, tendría muchas más posibilidades, a pesar de su pasado nazi, y se empieza a investigar sobre él, qué piensa el pueblo americano, si creen que es de fiar, etc… En los interrogatorios grabados que se le hacen, Von Braun hace hincapié que él es un científico, no un político. De este modo, el 1 de abril de 1.955, en Huntsville (Alabama), Von Braun se nacionaliza. Un alemán, que por fuerza tuvo que pertenecer al Partido Nacional Socialista, que conoció y sirvió a Adolf Hitler y Heinrich Himmler, una persona que hace 10 años no hubieran dudado en matar como enemigo, se convierte en la mayor esperanza de los EE.UU., y en un ciudadano leal a la causa.

Cuatro meses más tarde, Von Braun recibiría un nuevo revés, ya que el Pentágono decide que sea la U.S. Navy quien obtenga ese contrato. Un año después, el 27 de febrero de 1.956, el mismo Khrushchev en persona, se encarga de visitar las instalaciones del R-7, un cohete de 280 toneladas de peso y con un empuje de 403 toneladas, y 6,4 millones de caballos de potencia. Fue el momento elegido por Koroliov, de mostrarle que ese cohete, además de portar una cabeza nuclear, podría utilizarse también en el campo científico.

Koroliov le explica a Khrushchev, cómo un satélite artificial que viajara a 28.000 km/h, sería capaz de espiar cualquier rincón del planeta, incluido a su mayor enemigo, los EE.UU. Sin muchas esperanzas puestas en su aprobación, dada la constante reticencia de los mandos soviéticos a gastar el dinero en ese proyecto, Koroliov recibe luz verde por parte de Khrushchev. Sin perder tiempo, Koroliov comienza a construir su satélite, denominado «Objeto D», donde se ven involucradas una decena de edificios que son requeridos para el proyecto; telemetría, guiado de radio, sistemas automáticos, aplicaciones mecánicas, balística, medición, etc…

Los EE.UU. deciden desarrollar cohetes de medio alcance, capaces de portar cabezas nucleares. El 20 de septiembre de 1.956, lanzan el «Júpiter C». El cohete es revisado escrupulosamente por el Pentágono, para comprobar que no lleva instalado ningún satélite secreto oculto. La desconfianza hacia Von Braun y su equipo, aún perduraba en los círculos militares, aunque ya fuera ciudadano y compatriota. El cohete recorrió 5.300 km a una altitud de 1.100 km, un avance impresionante y todo un récord hasta la fecha.

A esa altura, se encuentra el límite de la Ionosfera, una zona donde existen iones, convirtiéndola en una capa conductora de electricidad, que permite se transmitan ondas de radio o televisión. Por encima de la ionosfera, se llegaría a la Exosfera, justo por encima de los 1.100 km de altura. A esa distancia, los gases poco a poco se dispersan hasta que su composición es similar a la del Espacio Exterior. Nos encontraríamos una baja atracción gravitatoria, donde  el aire pierde sus cualidades físico–químicas. Es la zona de tránsito entre la atmósfera terrestre y el espacio interplanetario, donde se pueden encontrar satélites meteorológicos.

El exitoso lanzamiento, y comprobar que el escudo térmico funcionó, hizo que Von Braun decidiera ocultar partes del cohete por si la U.S. Navy fallara en su intento, arriesgándose con ello a una Corte Marcial. Mientras tanto, Koroliov presencia como cada intento de hacer despegar sus cohetes, explotan continuamente en el aire.  El satélite que pretendía poner en órbita, el «Objeto D», era un mazacote demasiado pesado, así que después de proceder a cambios radicales, el satélite sufre una transformación espectacular, donde los ingenieros solo emplean lo necesario, con materiales más ligeros, para crear un objeto más liviano e igual de útil. Nace el satélite Sputnik.

Este satélite sólo pesa 83 kg, portando un transmisor de radio. La palabra sputnik significa en ruso ‘compañero de viaje’ o ‘satélite’. 

Koroliov es avisado que un error más, y el programa se cancelará, ya que está costando demasiado tiempo y dinero. A Koroliov solo le queda un último lanzamiento, una última oportunidad. Después de dos años de intensa investigación, ensayos negativos, levantar un complejo como el Cosmódromo de Baikonur, Koroliov tiene preparado el R-7, con 32 motores listos para subir 280 toneladas que llevarán un pequeño satélite a la cima del planeta, a los pies del Universo.

Tras el sexto lanzamiento, el cohete R-7 recorre 6.000 km, llegando hasta Siberia, lo suficiente para alcanzar EE.UU. Esta victoria es una derrota para la Humanidad, porque la URSS ha conseguido la capacidad de transportar una ojiva nuclear muy pesada, hacia tierras americanas. Por otra parte, esa derrota para la Humanidad se convertirá en una gran victoria para el inicio de la Era Espacial. El mundo, tal y como se conocía, está a punto de desaparecer, para dar paso a una Era de progreso tecnológico y científico jamás imaginado.