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Ya está aquí el 21-12-2012 ¿Qué va a ocurrir?

Todo empezó cuando salió a la luz, que el calendario maya, acababa en esta fecha. Más allá de su calendario, no había nada, y muchos son quienes han especulado y vaticinado, que eso significaba el final de los tiempos, el Apocalipsis para la raza humana. Queda menos de una semana para esa supuesta fatídica fecha. Muchos son quienes han escrito libros sobre ello, y obviamente, han enriquecido sus arcas gracias a la atracción que a nivel mundial, conllevan estos temas.

Vamos a ver qué dice la ciencia, las pruebas, todas las observaciones y estudios serios que han analizado todas las teorías catastrofistas que pueden ocurrir el 21 de diciembre de 2.012. Como casi siempre, ha tenido que ser la NASA, quien haya tenido que salir a dar explicaciones a la opinión pública, para calmar a la población y no se produzca una alerta mundial, y un pánico que conlleve acciones y reacciones desproporcionadas. La NASA ha sacado un comunicado, donde dicen:

«(…) no será el fin del mundo como lo conocemos (o como lo hemos imaginado), sin embargo, será como otro solsticio de invierno»

Todo comenzó con las afirmaciones de Zecharia Sitchin, donde afirmaba que existía un duodécimo planeta, llamado Nibiru (que incluye la descripción de 10 planetas, más el Sol, y la Luna),  descubierto por los antiguos sumerios, que era de donde procedían los Anunnaki. En opinión de Sitchin, el planeta habría adquirido el nombre del dios babilonio Marduk, a consecuencia de una usurpación del poder por parte de este dios en el 2.024 a. C., atribuyéndose la creación de la Tierra mediante la falsificación en las copias del poema épico Enuma-Elish.

Por ahora, se han ido descubriendo exoplanetas, y cuerpos celestes en las inmediaciones del Sistema Solar, algo más allá de Plutón, pero no parece que ninguno de esos cuerpos sean una amenaza para la Tierra. Uno de los Apocalipsis más difundidos y más estudiados, fue la aproximación de un cuerpo celeste, que no se sabía qué era realmente, y se creía y afirmaba, que su influencia, su influjo, cuando se alineaba con la Tierra, era la responsable de los grandes terremotos de los últimos años. Este cuerpo celeste se llamaba Elenin. Cuando se descubrió, este objeto tenía un diámetro de unos 4 km. En abril de 2.011, nuevos estudios fijaron esa medida en 80.000 km, y en mayo de ese año ya superaba los 100.000 km. Muchos se preguntaban qué era realmente y por qué esas enormes diferencias en sus dimensiones.

Se empezó a dudar que se tratara de un cometa. Los seguidores de las Teorías Conspiranóicas, ya hablaban de un agujero negro, una enana marrón o un planeta oculto. Dicho planeta sería el famoso Nibiru de Zecharia Sitchin, el de los babilónicos, el cuerpo celeste identificado con el planeta Júpiter. Veamos este esclarecedor documento, de lo que se dijo que era Elenin, y su influencia.

Más tarde, en los simuladores de la NASA, se estableció cuáles serían las siguientes alineaciones que tendrían lugar entre el cometa Elenin y la Tierra, para conocer las fechas exactas de las supuestas próximas catástrofes, y en este documento se puede ver paso por paso, los movimientos de los planetas, nuestro sol y el cometa Elenin, y sus alineaciones.

Así que, cuando Elenin, estaba alineado con el Sol y la Tierra, se producían catástrofes sísmicas de proporciones épicas. Si vamos a los registros, efectivamente, el 27/02/10 hubo un seísmo en el mar chileno, de 8,8 Mw (escala sismológica magnitud de momento), que causó 525 muertos, cientos de heridos y desaparecidos.

El 11/03/11, los sismógrafos llegaron a 9,0 Mw. La catástrofe se adueñó de Japón. Más de 15.000 personas perdieron la vida, 5.000 desaparecidos y 6.000 heridos. Unas cifras escalofriantes. Un tsunami anegó las ciudades, los campos, las cosechas, la vida. Más tarde, este episodio desembocaría en la catátrofre de la central nuclear de Fukushima.

El 04/09/10, una nueva alineación provocó el terremoto de Christchurch o de Canterbury (Nueva Zelanda). El seísmo llegó a 7,2 Mw causando casi 400 muertos y más de 2.000 heridos, muchos de ellos de gravedad.

El 16/10/11 (19:51 horas), la Tierra estuvo a sólo 0,2 UA (Unidad Astronómica) de Elenin. En astronomía, 1 UA equivale a la distancia existente entre la Tierra y el Sol (149.597.870 km). Así que, en esta fecha, la Tierra y Elenin, estuvieron a 29.919.574 Km. Esta distancia es muy pequeña a niveles astronómicos (77 veces la distancia entre la Tierra y la Luna). Algunos catastrofistas lanzaron teorías sobre un posible cambio de rotación en nuestro planeta. Algo realmente improbable, porque si realmente ocurriera, las consecuencias serían estremecedoras. Estaríamos presenciando el fin de los tiempos, el Apocalipsis.

La pregunta era en ese instante, ¿cuándo va a ocurrir la siguiente alineación Elenin – Tierra – Sol?. La respuesta fue inquietante, el 21 de diciembre de 2012. Pues bien, esto no va a suceder, porque se demostró que Elenin era un pequeño cometa que se pulverizó a finales del 2.011. Don Yeomans, del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena (California), dijo: «Elenin ha hecho lo que los nuevos cometas hacen cuando pasan cerca del Sol el 2% de las veces, se ha roto».

La NASA, detecta, rastrea e identifica los asteroides y cometas que pasan relativamente cerca de la Tierra con la ayuda de telescopios desde la Tierra y desde el Espacio. El Programa de Seguimiento de Objetos Cercanos a la Tierra (NEOs, Near Earth Object/s), comúnmente llamado «Spaceguard«, descubre estos objetos, caracteriza su naturaleza física y predice su camino para determinar si alguno podría ser potencialmente peligroso para nuestro planeta. Hasta le fecha, no se conocen amenazas realmente creíbles e importantes que acechen nuestro planeta, y con ello, nuestra supervivencia.

La coincidencia entre las alineaciones de Elenin, la Tierra y el Sol, con los terremetos devastadores de Japón, Chile y Nueva Zelanda, llevaron a la creencia de teorías increíbles sobre el fin del mundo, y de ahí, derivaron en nuevas teorías aún más sobrecogedoras. Algunas eran:

  • La resonancia de la Tierra es de 7,8 Hz (resonancia de Schumann). Esta resonancia es el latido del planeta. La misma frecuencia a la que vibra nuestro cerebro, así que, cualquier cosa que interfiera en esa resonancia, lo hará en nuestra forma de pensar y al conjunto de nuestra biología. Ahora, su valor está en 12 Hz y aproximándose a 13 Hz. Si llegáramos a esta cifra, caería su valor a cero (conocido como la energía del punto cero). ¿Qué está provocando este aumento de la frecuencia?
  • Desde hace un par de años, se vienen dando un número de muertes en especies de animales muy concretas; ballenas, pulpos (costas de Portugal), mirlo rojo (USA), truchas (China), delfines,  estrellas de mar (Escocia), medusas, casi mil millones de peces de piscifactorías. Cuando la frecuencia de la tierra sube, muchas especies pueden morir por causas «naturales», ya que diversos órganos vitales sufren las consecuencias.
  • El FEMA, Federal Emergency Management Agency (grupo de acción contra catástrofes de Estados Unidos), por lo visto, ha construído numerosos campos de refugiados, donde han almacenado casi 500 millones de raciones de supervivencia.
  • Estados Unidos ha realizado unas maniobras, llamadas «Eagle Horizont«, sobre un eventual hundimiento de la cuenca del Mississippi, desde Florida hasta los Grandes Lagos. Han realizado maniobras (Cocked Pistol) donde, supuestamente, obligan a Obama y su gabinete, a permanecer en el búnker de Denver. Estas fechas elegidas para realizar esas maniobras, son las elegidas por las grandes multinacionales, para realizar simposios y reuniones, en localidades dotadas con búnker anti-cataclismos.

Muchas veces, la paranoia colectiva, o las teorías de la conspiración y del pánico, vienen alimentadas por el secretismo, y las actuaciones encubiertas de aquellos que mandan en el planeta, de quienes poseen el poder, la información privilegiada, y los recursos para mantenerse con vida.

En este gráfico de los ciclos mayas, puede verse como anunciaban el cambio de la frecuencia (representada como dos ondas paralelas, en la parte baja del círculo), y cómo ello nos llevaría al Punto Cero, la Energía Libre (señalada con un punto rojo). ¿Cómo sabían los mayas de esta frecuencia y sus consecuencias?.

Los científicos señalan que, un cambio en la rotación de la Tierra es prácticamente imposible. Si revisamos la historia geológica de la Tierra, se puede afirmar que la Antártida. por ejemplo, estuvo muy cerca del ecuador hace cientos de millones de años atrás. Pero actualmente, muchos afirman que existe una relación entre la rotación y la polaridad magnética de la Tierra, la cual no cambia de forma irregular, sino que dicha inversión se produce de una forma regular cada 400.000 años aproximadamente. Y esa inversión, que se produce de forma gradual, no causa ningún daño a la vida en la Tierra.

Otra de las teorías que se han vertido, es la caída de un meteorito, estilo «Deep Impact». El último gran impacto que ha recibido nuestro planeta, ocurrió hace más de 65 millones de años y extinguió a los dinosaurios. Hoy, los astrónomos de la NASA, llevan a cabo una gran investigación para encontrar cualquier gran asteroide cercano a la Tierra y en tal caso, lo sabríamos mucho antes de que llegara a las inmediaciones de nuestro planeta. La NASA, ya ha determinado que no existen asteroides tan grandes como el que mató a los dinosaurios ni ninguno capaz de considerarse una amenaza. Muchos pensarán, que si existiera esa amenaza, no nos lo dirían para no crear pánico en la gente, pero todo este trabajo se realiza de forma abierta, con los descubrimientos publicados día a día en el sitio oficial de la NASA del Programa Near Earth Object Program Office, que cualquiera puede visitar.

También se ha especulado con la posibilidad de una tormenta solar, que conllevaría un apagón global, la pérdida de muchos de nuestros satélites, nuestras comunicaciones, provocando un auténtico caos mundial. Por este motivo, se ha realizado un seguimiento exhaustivo a nuestra estrella, sus manchas solares, su actividad en la corona. Ni la NASA ni ninguna otra organización científica, ha pronosticado una cercana tormenta de tales dimensiones, que de lugar a un apagón sin precedentes.

La actividad solar tiene un ciclo regular, con picos que ocurren aproximadamente cada 11 años. Cerca de estos picos de actividad, las llamaradas solares pueden causar la interrupción de las comunicaciones por satélite, aunque los ingenieros están aprendiendo a construir productos electrónicos que están protegidos contra la mayoría de esas tormentas solares. Pero no hay ningún riesgo particular asociado a la fecha fatídica. El próximo máximo solar ocurrirá en un marco temporal entre el 2.013 y 2.014, y ya está previsto que será un ciclo solar promedio, nada diferente al de los ciclos anteriores ocurridos a lo largo de la historia.

Sí es cierto que, las erupciones solares cada vez emiten más energía y se prolongan más en el tiempo, según informó el SDO (Solar Dynamics Observatory), que es un observatorio de la NASA lanzado el 11 de febrero de 2.010, y que observa de forma constante toda la actividad del Sol, tomando y registrando datos cada 10 segundos. Entonces, ¿por qué se cree o piensa que va a suceder una tormenta de proporciones épicas?.

Mausumi Dikpati, del Centro Nacional de Investigaciones Atmosféricas, fue quien lanzó esa misiva, diciendo que el siguiente ciclo solar, sería entre un 30% y un 50% más intenso que el último registrado en 1.958, que fue bastante considerable. En junio de 2.011, se registró desde el Observatorio de Dinámica Solar de la NASA, una gigantesca llamarada en la corona solar, equivalente en cuanto a energía expulsada, de millones de bombas atómicas. Esa llamarada, se curvó sobre sí misma, es decir, volvió a caer sobre la superficie solar. Uno de los lugares del planeta donde se puede observar la llegada de estas tormentas solares, son en los polos terrestres, con el espectáculo de las auroras boreales.

El 22 de marzo de 1.989, una de esas erupciones, provocó intensas corrientes eléctricas en los generadores de la Cía Eléctrica HydroQuébec, que supuso que más de 6 millones de personas, no tuvieran energía durante nueve horas, además de causar daños en algunos de nuestros satélites. Pero el más agresivo ocurrió el 1 de septiembre de 1.859, conocido como «Evento Carrington«, donde dos astrónomos ingleses, Carrington y Hodson, vieron un estallido blanquecino en el Sol, y minutos después, todos los instrumentos magnéticos dejaron de funcionar, y el servicio telegráfico interrumpió sus operaciones.

Y estamos hablando de una época donde la tecnología existente, apenas podía producir un daño global importante, no como ahora, donde todo está controlado por la tecnología, chips, microprocesadores, grandes ordenadores, códigos, etc… desde nuestros móviles, servicios de orientación, plantas nucleares, electricidad, transporte aéreo, el sistema bancario, toda la economía mundial… Tal fue la magnitud de esa tormenta solar, que se vieron auroras boreales en Roma, La Habana y Hawaii, entre otras muchas ciudades donde sería impensable poder ver ese espectáculo de luces en los cielos. En 2.010, la NASA puso en marcha la «Operación Escudo«, con el fin de proteger los transformadores eléctricos.

Por ahora, los científicos de la NASA, desde sus observatorios, con los datos que el SOHO, la Solar Orbiter, sus programas específicos en el seguimiento a nuestro astro rey, informan que no existe ninguna amenaza real para el 21 de diciembre de 2.012. Obviamente, sí que afirman que esas subidas de intensidad en la expulsión de energía, suceden cada cierto tiempo, pero no creen que sea dentro de una semana, ni sea el Apocalipsis que muchos vaticinan.

El autor de libros apocalípticos Whitley Strieber, es una de las personas que más se han lucrado con estas profecías y acontecimientos apocalípticos, famoso por ser el autor de una obra, que más tarde fue llevado al cine titulado «El día de mañana». Strieber, según cuenta en su biografía, fue abducido por seres de otros mundos en la Navidad de 1.985, que supuso escribiera obras como «Communion» y «The Key». En uno de esos encuentros, uno de esos seres. que él ha asegurado ser la mente más privilegiada, sabia y mejor informada que jamás ha conocido, le dijo que el ser humano ha fallado a la hora de expandirse fuera de la Tierra, porque no hemos logrado comprender la fuerza de la gravedad, y esto se debe, a que los padres de los niños que habrían crecido para proporcionar ese conocimiento a la Humanidad, fallecieron en el Holocausto.

Strieber, de esas charlas con seres de otros mundos, extrajo la información necesaria para escribir muchas de sus obras, y una de ellas fue «The Coming Global Superstorm», sobre el clima en nuestro planeta que condicionará la vida de las especies más avanzadas, y que es muy probable que sí se convierta en una amenaza realmente seria para la destrucción de nuestro mundo, y de nuestra especie. Pero Strieber, también nos habla de Universos paralelos, donde unos se tragan a otros.

El físico teórico Alex Vilenkin, así lo asegura, donde un Universo paralelo al nuestro, puede tragarnos. Nuestro universo no sería más que una burbuja que se expande de manera indefinida en una colección de multiversos. Si una colisionara con otra, puede que una estallara o, por contra, fuera absorvida. La probabilidad que esto ocurra, está demasiado alejada de la realidad ahora mismo, pero desconocemos tanto todavía de la física cuántica, que los porcentajes de probabilidad no son definitivos.

La revista Scientific American, ha sacado un informe preocupante, donde dice que la posibilidad de una guerra nuclear es de 1 entre 30, una probabilidad bastante alta de que suceda en los próximos años. La capacidad destructiva nuclear en todo el mundo, asciende a 10.000 megatones. ¿Es grande esta cantidad?. Si sumáramos todas las bombas de artillería lanzadas en la II Guerra Mundial, éstas ascenderían a 3 megatones. Así que si se liberaran esos 10.000 megatones, morirían en el acto cerca de 1.500 millones de personas, y otros 1.500 millones tendrían heridas de consideración, por lo que muchos morirían. Es decir, casi la mitad del planeta sufriría en cuestión de minutos las consecuencias de tal acción. Así que esta amenaza nuclear puede ser otro de los grandes apocalipsis a los que se enfrente nuestro planeta.

Muchos son los videntes que vaticinan la III Guerra Mundial, como el Mago Yin, quien dijo que entre 2.012 y 2.015, ocurriría una alianza entre China, Irán, Rusia, Venezuela y los países del Alba, en contra de EE.UU. por agua y petróleo. Se dice que esta guerra duraría entre 28 y 58 días, como mucho dos meses, y acabaría en el momento que la Naturaleza atacara.

Pero existe un arma desconocida para la mayoría de la población que ya existe, un arma capaz de eliminar la electricidad y que puede aniquilarnos, armas de microondas. Este tipo de armas ya existen, pero apenas se ha oído hablar de ellas porque son de alto secreto. Estas armas, darían lugar a un nuevo tipo de guerra desconocida hasta ahora, la Guerra Electromagnética.

El 2 de abril de 1.978, en Bell Island (Terranova), cayó un rayo que convulsionó la pequeña isla. Todos los testigos, convergían en sus declaraciones, asegurando que no sabían de donde provino ese supuesto rayo, pero el estruendo hizo tambalear todas las casas y la tierra, pero nunca se supo realmente qué fue lo que sucedió aquel día en ese pueblo.

La ciencia, lleva muchos años investigando para poder controlar el clima, sobre todo en EE.UU., un país con una insportable capacidad de carga que debe asumir sus tierras, para poder ser capaz de llevar el ritmo alimenticio del consumidor medio estadounidense. Y muchas veces, las cosechas se ven perdidas por los huracanes, tifones, granizos, sequías, heladas, nevadas, etc… así que poder conseguir agua en tiempos de escasez, sería un avance increíble.

Pero como siempre, aquello que la ciencia intenta utilizar para un bien común, se empieza a convertir en la búsqueda de un uso militar. Ya en 1.966, el profesor Gordon McDonald (miembro del comité científico del presidente), realizó un comentario preocupante: “La clave de la guerra geofísica, está en identificar la inestabilidad ambiental que, sumada a una pequeña cantidad de energía, liberaría cantidades ingentes de la misma “. En uno de sus libros, dejó patente las consecuencias que esto conllevaría, describiendo los usos de la manipulación climática, modificación del clima, desestabilización o derretimiento de los casquetes polares, técnicas para reducir el ozono, ingeniería de terremotos, control de las olas oceánicas y manipulación de las ondas cerebrales desde campos energéticos terrestres. Decía que este tipo de arma iba a ser desarrollada y una vez puesta en marcha, sería prácticamente imposible ser detectada por sus víctimas.

Estoy hablando del Proyecto HAARP (High Frequency Active Auroral Research Program (Programa de Investigación de Aurora Activa por Alta Frecuencia). El objetivo de este programa (según su web oficial), es avanzar en el conocimiento de las propiedades físicas y eléctricas de la ionosfera terrestre, que pueden afectar a nuestras comunicaciones y sistemas de navegación civiles y militares.

Las posibilidades del sistema HAARP son enormes. Desde sustituir el efecto del impulso electromagnético de las bombas nucleares explosionadas en la atmósfera a reemplazar el sistema de comunicaciones con submarinos de muy baja frecuencia por una tecnología más eficaz, a crear un nuevo sistema de radar, o eliminar las comunicaciones en un área muy extensa sin afectar a las de los propios interesados. También se utilizaría para disuadir a la gente de manifestaciones colectivas.

El programa está operativo desde principio de los 90 y la Estación de Investigación HAARP está localizada a, aproximadamente, 8 millas al norte de Gakkona, Alaska. (latitud 62°23’36″ Norte, longitud 145°08’03″ Oeste),

El Proyecto HAARP parte de la idea originaria de Nikola Tesla, de poder transmitir potentes ondas electromagnéticas, que se puedan reflejar en la ionosfera y, así, alcanzar grandes distancias. HAARP es un emisor de ondas electromagnéticas que “bombardea” la atmósfera con ondas de radio, usando un equipo de transmisión de alta frecuencia (HF) y un conjunto de 180 antenas.

El pacifista y gran divulgador antibelicista Michel Chossudovsky, en 2.005, afirmaba que pruebas científicas recientes revelaban que el HAARP, estaba en total funcionamiento y tenía la capacidad de  provocar posibles inundaciones, sequías, huracanes y terremotos. También afirmaba, que “desde el punto de vista militar, es un arma de destrucción masiva que, potencialmente, constituye un instrumento de conquista capaz de desestabilizar sistemas agrícolas y ecológicos de regiones enteras de una manera selectiva”.

Muchos científicos, están empezando a desvelar las consecuencias negativas de la utilización de esta energía de forma contraproducente: «la enorme diferencia de potencial generada, podría cambiar e incluso desplazar la ionosfera, provocando un caos total en las comunicaciones de la tierra. Así como destruir misiles o aviones, cambiar las condiciones atmosféricas al modificar la absorción de los rayos solares y aumentar las concentraciones de ozono, nitrógeno e incluso afectar negativamente al cerebro». ¿Es posible que esa supuesta tormenta solar que vaticinan se puede dar, no encubra la utilización de este arma, para no provocar reacciones en contra?.

Pero, ¿desde cuándo está operativa este arma?. Todo parce indicar, que lleva más de un siglo en activo, obviamente, al principio en período de prueba e investigación. Pero existe un hecho que a día de hoy, era inexplicable, pero con la certeza de la existencia de esta arma electromagnética devastadora, se ha encontrado la respuesta un siglo después. Se trata del «Evento de Tunguska«.

En 1.908, una increíble explosión de 15 megatones (1.000 veces más potente que la de Hiroshima, en una época donde aún no se había creado la Bomba H), tuvo lugar en esta parte casi desértica de Siberia. Las pocas personas que se encontraban a algunos km del suceso, narran los mismos hechos acaecidos en Terranova. Pero, ¿qué existía a principos del siglo XX, que pudiera generar ese grado de destrucción?.

En aquella época, las patentes e inventos de Nikola Tesla, giraban en torno a la producción de energía y transmisión de la misma. Se da la circunstancia de que  el 30 de Junio de 1.908, Nikola Tesla , probó un “extraño artilugio” desde la torre de Wanderclyffe (Long Island), para tratar de localizar la expedición de Robert Peary en el Polo Norte, apuntando con su aparato hacia dicha e indeterminada zona. Esa misma mañana, Tunguska se convertía en un infierno, con alteraciones en el campo electromagnético de la Tierra, tormentas geomagnéticas en la zona afectada, magnetización del suelo, un pulso electromagnético similar al producido cuando estalla una bomba atómica o nuclear, auroras boreales de carácter “extraño”, noches brillantes, mutaciones genéticas en vegetales y plantas, crecimiento acelerado de la flora y fauna del lugar, incremento del C-14 y extraña presencia de radiación y quemaduras en las personas o animales supervivientes expuestas a la explosión.

Se han vertido muchas teorías sobre lo que allí ocurrió realmente, desde agujeros negros, meteoritos a ovnis que caen del cielo, etc… pero la verdad, es que fue el primer paso para utilizar un gran invento que puede ayudar al mundo, que era el objetivo primordial de Tesla, a pasar a ser el comienzo del arma más letal que existe actualmente, pero aún bastante desconocida, y que se ha traducido en el Proyecto HAARP.

Así que son muchas las causas que se esgrimen para ese final aterrador, devastador, donde nadie podrá esconderse. Pero a la luz de la ciencia, la respuesta parece más que clara: el mundo no se acabará este 21 de diciembre de 2.012, pero sí parece obvio que estamos dando los pasos «acertados» para que ese día llegue por culpa del ser humano.

¿Existe tiempo suficiente para revertir la situación?. Sinceramente, creo que sí, pero deber ser ya, no se puede esperar mucho tiempo más, se necesita un cambio de consciencia general, global, un cambio de rumbo drástico, porque cuanto más tardamos en tomar las decisiones correctas, más tajantes deberán ser las medidas a tomar. Por eso, espero que ocurra algo realmente importante que movilice la sensibilidad y las mentes, sobre todo de aquellos que rigen nuestros designios, y que tan calamitosamente lo están haciendo.

¿Estamos siendo testigos de los primeros indicios de aquello que nos va a deparar el futuro cercano?. Creo que nos acercamos a un cambio de Era, un cambio de ciclo, y no a una destrucción de la raza humana ni del planeta. Pienso que, el mundo tal y como lo conocemos, va a cambiar. Quizá, los países poderosos que hoy existen, no lo sean próximamente. Quizá, los países del tercer mundo y en vías de desarrollo se conviertan en la referencia mundial, y necesitemos de ellos para subsistir. Quizá, nos sean revelados misterios y respuestas que anhelamos y ansiamos. Quizá, recibamos la señal de otras civilizaciones, fuera de nuestro planeta, que cambie nuestra mentalidad egoísta.

¿Cuándo conoceremos las respuestas? Todo hace presagiar que muy pronto sabremos la respuesta. Posiblemente ya se nos está desvelando, sólo tenemos que abrir nuestra mente, cerrar los ojos y ver. Pero ¿va a pasar algo realmente?, hay una cosa que va a ocurrir de forma segura, y es que todos esos libros que hablan del final en esta fecha, se podrán tirar a la basura, retirar de las estanterías, de las librerías, porque les ha llegado su fecha de caducidad.

«Eras» astrológicas

Todos hemos escuchado acerca del final de los tiempos. Aparte de las representaciones del  «Libro de las Revelaciones» (más conocido como Apocalipsis de Juan, único libro de carácter profético de la Biblia), la fuente principal de la idea de un apocalipsis, la tenemos en San Mateo 28:20, donde Jesús dice; «estaré contigo hasta el fin del mundo». Sin embargo, la verdadera palabra utilizada por Jesús fue «aeon«, que significa «Era«. Así que realmente la traducción sería; «estaré con vosotros hasta el final de mi Era«. 

La notoriedad de la fecha 21 de diciembre de 2.012, ha surgido gracias al calendario maya. Éste calendario está basado en ciclos, dentro de ciclos, dentro de ciclos… así que, lo que pasará en esta fecha es el término de un ciclo. La pregunta es, ¿qué ciclo es el que va a terminar y cuál va a empezar?

El Gran Ciclo maya, comenzó el 13.0.0.0.0, que traducido al calendario Gregoriano, hace referencia al 3.113 a.C. Una fecha muy llamativa, ya que los libros de historia, fechan el inicio de las civilizaciones en el año 3.100 a.C. La fecha del comienzo maya es muy significativa, y se torna muy precisa. La primera ciudad en la historia fue Uruk (la actual Irak), fundada por siete hombres sabios en el inicio de la historia en Mesopotamia. Esta ciudad nació en el 3.100 a.C.

El calendario maya se divide en Cinco Grandes Ciclos. El primero se inició hace 25.800 años. Esta fecha no es arbitraria, sino que corresponde a los años que la Tierra tarda en completar un ciclo de precesión (descubierta por Hiparco de Nicea en el año 134 a.C.). En astronomía, la precesión de los equinoccios, es el cambio lento y gradual en la orientación del eje de rotación de la Tierra. Para comprenderlo mejor, este cuadro representa el parecido existente entre el movimiento rotatorio de la Tierra, y el movimiento ondulatorio de una peonza.

Este cambio es debido a las fuerzas que ejercen la luna y el sol, sobre el ecuador de la Tierra, que tienden a llevar el exceso de masa presente en el ecuador, hasta el plano de la eclíptica (línea curva por donde transcurre el sol alrededor de la Tierra, visto este movimiento «aparente» desde nuestra perspectiva). Se podría decir que, es el círculo máximo que visto desde la Tierra traza el sol, de forma «aparente» a lo largo de un año.

 

La eclíptica corta el plano del ecuador celeste en dos puntos, llamados equinoccios (que significa «noches iguales»). Entre los equinoccios encontramos los solsticios (que significa «cuando el sol permanece estático»). Es importante estar familiarizado con estos términos y su importancia, para comprender el calendario maya.

Cada 25.800 años cambia la posición de los polos celestes y los equinoccios. Esto implica que los signos del zodíaco ya no se correspondan con sus respectivas constelaciones. Mientras nuestro Sistema Solar gira alrededor de la galaxia, sigue una trayectoria de 14º de anchura (eclíptica). Ésta, cruza la Vía Láctea que periódicamente se alinea con el centro de la galaxia. Esta alineación, parece ser el gran foco donde apuntan todas las teorías y profecías sobre el Día del Juicio Final.

Los antiguos egipcios, se dieron cuenta que, cada 2.150 años, el amanecer en la mañana del equinoccio de primavera, ocurría en una constelación diferente (en un signo zodiacal diferente). Nuestro planeta rota sobre su eje una vez cada 24 horas. Al rotar, la fuerza gravitatoria de la luna, lo «obliga» a inclinarse 23,5º respecto a la vertical. Este hecho, más la fuerza gravitatoria que también ejerce el sol sobre nuestro planeta, es lo que provoca la oscilación del eje actuando como la peonza.

Así que, tenemos que cada 2.150 años, avanzamos un Ciclo, una nueva Era. Para llegar a la cifra de 25.800 años, hay que pasar por 12 Eras (las doce constelaciones). ¿Casualidad?, obviamente no. Los mayas calcularon de forma muy precisa estos datos, así como los egipcios mucho tiempo antes de la religión católica. ¿Cómo pudieron hacerlo sin tener la tecnología actual?; ¿cómo pudieron averiguar datos astronómicos y matemáticos tan precisos?; ¿cómo sabían que la Tierra era redonda?. Hay muchos interrogantes sobre cómo pudieron hacerlo. Una de las teorías más sólidas es que sí tenían los conocimientos y las herramientas necesarias. Las teorías sobre este misterio las analizaré en otros episodios.

Del 4.300 a.C. hasta el 2.150 a.C. fue la Era de Tauro (el toro). Del 2.150 a.C. hasta el 1 a.C. fue la Era de Aries (el carnero). Del 1 d.C. a nuestros días, estamos en la Era de Piscis (los peces). La Eras que se nombran en la Biblia, se recogen en el Antiguo Testamento, cuando Moisés baja del Monte Sinaí con los Diez Mandamientos, las Tablas de la Ley, que supuestamente, están ocultas y guardadas en el Arca de la Alianza.

Moisés, al bajar del Monte Sinaí, y ver a su pueblo, entró en cólera al ver que estaban adorando a un becerro de oro, de hecho, destroza las Tablas de la Ley, tirándolas contra las piedras, y obliga a esa gente a matarse y así purificar su alma. La pregunta es, ¿por qué reacciona de esa manera Moisés?.

Este enfado proviene porque se está venerando un ídolo falso. El becerro de oro (el toro dorado), es la representación de Tauro, el símbolo de la Primera Era. Moisés representa la Segunda Era, la Era de Aries (el carnero). Por este motivo, los judíos hoy en día soplan el cuerno del carnero, llamado Shofar, para celebrar el Año Nuevo Judío (Rosh Hashaná) y el Día del Perdón (Yom Kipur).

Moisés representa la nueva Era, el cambio de constelación, el cambio de signo, y todos deben dejar atrás la Era de Tauro, sin excepción. En episodios anteriores expliqué cómo muchas deidades antiguas estaban asociadas al toro; Osiris (dios egipcio), Shivá (dios hindú), Marduk (dios mesopotámico), Minos de Grecia y la leyenda del Minotauro. Mitra (dios persa), etc.

La Biblia refleja un movimiento simbólico a través de Tres Eras, mientras anuncia una Cuarta Era. Jesús es la figura que acompaña la Era que sigue a Aries, la Era de Piscis (por eso el cristianismo es simbolizado con el pez).

El simbolismo del pez abunda en el Nuevo Testamento. Jesús alimenta a 5.000 personas con cinco panes (recordemos que el lugar donde nació, Belén, significa «la casa del pan») y dos peces, según San Mateo 14:17. Camino de Galilea se hace amigo de dos pescadores. Estos hechos son muy parecidos a los del profeta Elías (800 a.C.), que huyendo de Jezabel, huye a Judá. Mientras duerme, un ángel le indica que se dirija al Monte Horeb (más conocido como Monte Sinaí), durante cuarenta días y cuarenta noches.

En su camino, se introdujo en una cueva, donde le visitó Jehová Dios, ordenándole que su misión, y el propósito de su viaje, era ungir como rey de Siria a Hazael, y a Jehú como rey de Israel y a Eliseo como profeta sucesor. Dió de comer a 100 personas con veinte panes y unas espigas, en la ciudad de Gigal, y también se le atribuye la multiplicación del aceite, la cura de la lepra y la resurrección de un niño que falleció de una enfermedad en la cabeza. Esta sucesión de acontecimientos, paralelismos y «casualidades», ya no deben pasar desapercibidas, es una constante.

En Lucas 22:10, los discípulos preguntan a Jesús dónde serán las siguientes Pascuas, una vez Él se hubiera ido. Jesús contestó; «cuando entren en la ciudad, contemplen,  y encontrarán un hombre sosteniendo un cántaro de agua, síganlo a la casa donde entre». Ese hombre al que hace referencia Jesús es Acuario, que es mostrado e identificado como un hombre echando agua desde un cántaro.

Todo lo que Jesús está diciendo a sus discípulos es, que cuando Él se haya marchado, habrá acabado su Era, y entrará una nueva Era, la Era de Acuario.

¿Qué nos quieren decir las antiguas civilizaciones?

Sumerios, asirios, babilónicos, egipcios, persas, minoicos, micénicos, mayas, olmecas, fenicios, etruscos, moche, aztecas, incas, polinesios, maoríes, etc. Han existido civilizaciones muy avanzadas, que han dejado un legado asombroso. Sus conocimientos en astrología, astronomía, matemáticas, escritura, arquitectura… eran demasiado avanzados, tanto, que conocían fuerzas físicas y cálculos matemáticos que estaban totalmente muy por encima de sus posibilidades.

Los mayas poseían varios calendarios, y uno de ellos se llamaba el calendario de las 13 lunas, que nos sincronizaba con el centro de nuestra galaxia. Formulaban el tiempo en una frecuencia 13:20 (13 lunas y 20 ciclos lunares), a diferencia de nuestro calendario gregoriano (instaurado por el Papa Gregorio XIII en el 1.582), que tiene una frecuencia 12:60. El calendario maya se basaba en el tiempo, y nuestro calendario se basa en el espacio.

La frecuencia 12:60 nos mantiene en un tiempo mecanizado, lineal, por el que nos mantenemos en la tercera dimensión constantemente, de materialismo y esclavitud. La frecuencia 13:20, permite elevarnos espiritualmente e ingresar en la cuarta y en la quinta dimensión, dimensiones de libertad y sincronía con el Yo Superior. En la cuarta dimensión se desarrolla la telepatía, idioma universal entre los habitantes del planeta, y posiblemente de todos los demás existentes. La sincronización con el ciclo de las 13 lunas, permite vivir el presente real, y lo sincronizamos con nuestros cuatro cuerpos inferiores; físico, mental, emocional y etérico.

La tercera dimensión es la manifestación física, concreta, es la proyección de la cuarta dimensión (no hay nada que hayamos inventado, que no haya existido antes en nuestra mente, como un pensamiento). La cuarta dimensión es una dimensión mental, imaginaria, que precede y contiene lo físico, es la dimensión del tiempo y la mente. Hoy en día, los seres humanos somos la única especie que no vive conforme a los ciclos de la naturaleza.

El calendario maya de 13 lunas y el calendario de 260 días (13×20), son funciones de la ley del tiempo. Los mayas conocían esta Ley, no hubo una intención arbitraria. Utilizaron más de 17 calendarios, porque sabían que el tiempo es frecuencia de sincronización. Estos calendarios los utilizaban para sincronizar los ciclos naturales de la tierra para la agricultura, para sincronizar con galaxias, estrellas, planetas, utilizando proporciones matemáticas, porque sabían que el tiempo afecta a la mente. Los Mayas, comprendían que la ciencia del tiempo, es una ciencia mental.

Además del calendario del ciclo de 13 lunas (calendario ceremonial), existía otro llamado «Recuento Largo» o «calendario de Venus». La unión de estos calendarios predecían acontecimientos celestes futuros. Los mayas creían en cinco soles de la creación, el quinto y último está previsto que finalice el 21 de diciembre de 2.012, día del solsticio de invierno.

Hace 65 millones de años, ocurrió uno de los acontecimientos más enigmáticos y catastróficos en nuestro planeta, tanto fué así, que cambió nuestro planeta y su destino para siempre. Un meteorito de 11 km de diámetro, aniquiló cientos de especies, entre ellas, los dinosaurios.

En la península del Yucatán, bajo el lecho marino, se encuentra el cráter de Chicxulub (la «pulga del diablo» en idioma maya). Este cráter tiene un diámetro de 180 x 300 km, llegando hasta el Golfo de México.

Esta zona contiene grandes cantidades de iridio, un metal muy raro y extraño en nuestro planeta, capaz de soportar temperaturas superiores a los 2.000ºC, siendo casi insoluble. Es considerado un metal extraterrestre, con gran resistencia a la corrosión a altas temperaturas, no es atacado ni por los ácidos ni por el agua regia. En la zona del impacto, la temperatura que se originó fundió todo tipo de roca y minerales, pero se encontró demasiado iridio, un metal que abunda en los meteoritos.

Millones de años después, en esa zona crecieron civilizaciones como la maya y la olmeca. Nuestro calendario occidental, surgió del cálculo que tardaba la tierra en dar una órbita completa alrededor del sol.  El resultado de este cálculo en 1.582, dio como resultado que la tierra tardaba 365,25 días en realizarlo (hay un error de 0,0003 días por año, algo bastante ajustado para el siglo XVI y muy exacto para la época).

Los olmecas, sin la ayuda de instrumentos de precisión avanzados, calcularon que el año solar duraba 365,2420 días (un error de 0,0002 días por año). Es decir, los datos de una civilización mucho más antigua, calculó de forma más precisa la duración de la órbita de la tierra alrededor del sol. ¿Cómo era posible?. En otros episodios ahondaré en profundidad sobre antiguas civilizaciones y sus misterios.

Chichen Itzá (su traducción sería «en la orilla del pozo de los brujos del agua»), es una de las ciudades mayas más importantes. Está ubicada justo en el borde del anillo de impacto del asteroide que hace 65 millones de años chocó con nuestro planeta. Desde la pirámide allí construida, llamada Kukulkan, hasta el centro del cráter, el ángulo resultante mide 23,5º exactamente el mismo ángulo del eje de rotación de la tierra, inclinación por la cual existen las cuatro estaciones.

¿Cómo sabían los mayas que dicho meteorito se había estrellado allí hace 65 millones de años?. Otro cataclismo fue la glaciación que sufrió la tierra hace 115.000 años, donde la mayor parte del hemisferio norte y sur, estaban cubiertos por casquetes de hielo de 3 km de grosor, llegando hasta el paralelo 37 (Almería se encuentra en ese paralelo).

Este cataclismo coincidió con la alineación que el calendario maya predice para el 21 de diciembre de 2012. Esta alineación a la que hace referencia, surge cada 13.000 años, así que la última se remonta al 11.000 a.C. Si empezamos a restar la cantidad de 13.000 años a la fecha de la glaciación ocurrida hace 115.000 años, llegará un instante que indique el 11.000 a.C., fecha donde se produjo una nueva alineación hacia el centro de nuestra galaxia, que anuncia cambios importantes y decisivos para la vida en nuestro planeta y los seres vivos que la habitan.

En esa fecha, se produjo el nacimiento de una nueva raza, el homo sapiens sapiens, el ser humano moderno , un paso trascendental evolutivo.  Nuestros antepasados nos hablan constantemente, a través de sus edificaciones, esculturas, pruebas, pero apenas escuchamos, no creemos lo que nos dicen y nos creemos más avanzados y superiores. Existen indicios, pruebas materiales, visuales, manuscritos, etc. Nos están dando la posibilidad de cambiar nuestro rumbo, nuestro destino y, seguramente, nuestra extinción. Nos hemos hecho a la idea que somos superiores, que somos los dueños de nuestros designios y de las demás especies, que conocemos nuestro pasado y solo nos interesamos por nuestro futuro.

Cuando el hombre cree que lo sabe todo y conoce todas las respuestas, deja de aprender, de investigar, de dudar, y lo que es más importante, deja de escuchar, aún cuando la evidencia está frente a él.

Paso a paso, iré analizando por qué se han edificado edificios mastodónticos como las pirámides, cómo es posible que civilizaciones separadas en el tiempo y en el espacio, posean conocimientos tan avanzados y tan parecidos, cómo las explicaciones que nos han dado no son válidas porque los cálculos matemáticos y la ciencia no amparan diversas teorías, y que las teorías más sensatas, las más lógicas, nos hablen que toda aquella tecnología y conocimientos, no provengan de este planeta.