Ya somos más de 7.000 millones de habitantes quienes vivimos en el planeta. ¿Somos muchos, quizá demasiados?. Es evidente, que podemos ser muchos más, y las estadísticas así reflejan que será, pero ¿tenemos recursos suficientes?. La respuesta es no. Este aumento de seres humanos es un grave daño a la subsistencia del planeta. Cuantos más somos, más corremos el riesgo de autodestruirnos. No hay alimentos para todos, ni trabajo para todos, ni sanidad para todos, y más aún, cuando el reparto es tan desigual, cuando hay muchísima gente que tiene demasiado, más de lo que necesitan para vivir. Y mientras más somos, menos tiempo queda y nuestra calidad de vida en muchos aspectos será mucho menor.
Jacque Fresco escribe y presenta conferencias sobre temas que abarcan desde el diseño holístico de ciudades sostenibles, hasta eficiencia energética, gestión de recursos naturales y automatización avanzada, enfocándose en los beneficios que esto traerá a la sociedad. Uno de los temas principales en los que trabaja Fresco es el concepto de una economía basada en recursos, que reemplace la necesidad de la economía monetaria orientada a la escasez que tenemos hoy día.
La población mundial aumenta en 2 personas cada segundo, 173.000 personas al día, más de 60.000.000 de personas al año. Cada nuevo ser humano, necesita comida, energía, agua, un lugar donde vivir, y en el mejor de los casos, muchas cosas más. Somos una amenaza para todas las especies que pueblan la Tierra, y nos estamos convirtiendo en la mayor amenaza para nuestra propia especie.
El aumento de la población es un tema complejo, complicado, porque afecta a una de las decisiones más personales que un ser humano puede tomar. Pero por alguna razón, seguramente genéticas, ignoramos esas señales de riesgo. Nuestra cultura, nuestro pasado, nuestro estilo de vida, nuestra experiencia, nos dice que no pasará nada concluyente, que todo será igual, pero no lo es. ¿Cuánto seguirá creciendo la población mundial?. ¿Cuál será el límite soportable antes del crack existencial?.
Más de 1.000 millones de personas carecen de agua potable, y la ciencia sabe que todo será más difícil a medida que la población siga aumentando. La Dra. Molly Brown, del Centro Espacial Goddard de la NASA, estudia y hace un seguimiento de las porciones de tierra en todo el planeta, ya utilizadas para el cultivo, y qué porciones están disponibles. Su conclusión es que hay que duplicar la cantidad de comida de la que disponemos, hay que hacerlo ahora, y obviamente, se va a necesitar de la ayuda de la ciencia para lograrlo.
Cuando el Titanic se hundió, los camarotes de 1ª clase, se fueron a pique con la misma rapidez que los camarotes de 3ª clase. Este hecho, refleja lo que puede suceder cuando ya no existan recursos, nadie está libre de ello, y el colapso llegará a cada individuo, sin importar su posición social, status, ni su dinero, ya que no valdrá nada cuando no hay nada que comprar, ni posibilidad de vender, ni recursos que explotar. Y esto que parece imposible, es muy probable que suceda, si el crecimiento global no se ajusta. El gran problema del ser humano, es que nunca aceptará un hecho, hasta que éste no suceda, y sea cuando intente poner remedio y tomar medidas urgentes al daño ocasionado. Ya se ha visto en temas ecológicos, fauna, crisis financiera, políticas de Estado, etc… Y seguimos sin aprender de nuestros errores.
A principios del siglo XX, vivían en el planeta menos de 2.000 millones de personas. En un siglo, en poco más de cien años, somos 5.000 millones de personas más. La población se ha triplicado en muy poco tiempo, y esto ha provocado que el mundo se haya transformado completamente. La densidad demográfica es uno de los factores en todos los problemas medioambientales, desde el desarrollo urbano, hasta la superpoblación urbana, desde la desaparación de los bosques tropicales, hasta los feos vertederos de los residuos plásticos. Y ahora, el inexorable aumento de la contaminación atmosférica. Cada vez es más difícil encontrar naturaleza virgen, y estamos sacando de su hábitat a muchas especies, con su consiguiente peligro de extinción.
Todos los nacimientos y fallecimientos, ocurridos en el mundo en los últimos 60 años se han contabilizado. Estos datos se guardan en el Edificio de las Naciones Unidas en New York. Hania Zlotnik, es la encargada de custodiar toda esa documentación y analizarla. Hace proyecciones de futuro, y los resultados son estremecedores. Para mediados de este siglo (año 2.050), se espera aumente la población hasta llegar a los casi 10.000 millones de habitantes. Esto significa, que 3.000 millones de personas más, en poco menos de 40 años, necesitarán comida, energía, agua, y muchas más necesidades. Eso significa tener que acomodar a una población que supone más que la población actual, si sumamos Europa, África, Norteamérica y Sudamérica juntas.
Actualmente hay más de 1.000 millones de adolescentes, quienes una gran mayoría tendrán hijos, y muchos de esos adolescentes, tendrán unas condiciones de vida, que les permitirá llegar a ser abuelos, y vivir una vida plena. Los datos nos dicen, que 10.000.000 más vivirán en Gran Bretaña, 100.000.000 lo harán en EE.UU. La India superará a China como el país más habitado del planeta, pasando de 1.200 millones a 1.650 millones (450 millones más), mientras que China pasará de 1.350 millones a 1.410 millones (solo 60 millones más). Este crecimiento tan bajo de China, es debido a las políticas estrictas sobre natalidad, limitando los nacimientos a cada familia a un solo hijo.
Habrá países donde la población disminuirá, como en Japón, que pasará de los 130.000.0000 de habitantes a 100 millones (30 millones de personas menos), debido también a políticas estrictas, y que Japón, al ser una isla, tiene muy limitado su poder de crecimiento, su capacidad de agrandar las ciudades y prescindir del campo. Países como Rusia pasarán de 140.000.000 habitantes a 110 millones, Alemania de 82 millones a 74 millones y Europa del Este de 290 millones a 220 millones. Estas bajadas considerables en Rusia y Europa del Este, vendrán predeterminadas por ser países con bajos salarios, con una climatología dura, donde los recursos energéticos son imprescindibles para la subsistencia y para tener una calidad de vida mínima propicia.
En cambio, los países más pobres, sin apenas recursos, o con recursos muy limitados, son quienes padecerán los incrementos más rápidos de población. Afganistán tendrá el doble de población, de 28.000.000 a tener 50.000.0000. El África Subsahariana también se duplicará. Un país como Níger, se espera que triplique su población, de 15.000.000 a 45 millones. ¿Qué significa todo esto?. Significa que en los próximos 40-50 años, todo el mundo, cada persona, sea quien sea, se verá afectado por este cambio demográfico.
Cuando lleguen las sequías, hambrunas y enfermedades, por un exceso de población, la vida se acortará considerablemente. La historia de la Humanidad, es la superación de esos límites medioambientales, y costó mucho tiempo conseguirlo. En los últimos 10.000 años, (cuando nacieron las primeras civilizaciones), el aumento demográfico era una línea recta, sin aumentos significativos, siempre por debajo de 1.000 millones de habitantes, hasta llegar al año 1.800 cuando, repentinamente, se fue tornando totalmente vertical. la causa más importante de ese aumento, fue controlar los índices de mortalidad. Enfermedades infecciosas como la viruela, cólera, sarampión, malaria, se consiguieron controlar. Era prácticamente imposible que a una familia, le sobrevivieran más de dos hijos, por eso la población apenas aumentaba. La media de vida tampoco era muy elevada, por lo que existía una mortalidad muy acentuada. Se podría decir que nacían y morían el mismo número de personas, por lo que la población estaba estancada. No somos conscientes que una vida sana y larga tiene consecuencias, que a día de hoy empieza a verse.
De momento, el planeta ha podido abastecer a la población humana, otra cosa es cómo administramos esa comida, de forma totalmente desigual. La Tierra empieza a tener señales evidentes de agotamiento. Y entre esas señales, el de un ingrediente fundamental para la vida, el agua. Un 70% del planeta está cubierta de agua, pero solo un 2,5% es agua dulce. Y de ese 2,5%, solo un 1% está disponible para uso humano. El resto está encerrado en glaciares y casquetes polares. Pero hay otro factor que debemos comprender sobre el agua. Hoy no hay más agua de la que había cuando apareció la vida sobre la Tierra. Ha cambiado su distribución, hay más agua en diferentes partes del mundo de la que había en ese lugar hace miles de años, pero sigue siendo la misma cantidad de agua que ha habido siempre.
Más de la mitad del agua dulce que hay en el mundo, se utiliza para cubrir nuestras necesidades. A transformar desiertos en terrenos de cultivo, a generar energía a partir de los ríos, y a construir ciudades en las zonas más áridas del planeta. Pero hay millones de personas que tienen que luchar cada día, para poder conseguir un poco de ese recurso básico. Más de 1.000 millones de personas ya no tienen acceso a agua potable, y estos datos empeorarán a medida que la población siga creciendo. Y detrás de cada dato, de cada cifra, hay una persona. En los próximos 20 años, la mitad de la población mundial, vivirá en zonas con auténticos problemas de agua.
Antes, el problema de la escasez de agua, solía deberse a una mala política, una mala infraestructura, a la pobreza, o por vivir en sitios muy áridos, y con pocas lluvias. Hoy día, el problema de la escasez viene dada por la presión demográfica. Ciudad de México, está considerara la octava ciudad más rica del mundo, por delante de Hong Kong, Moscú y Washington. Además, se beneficia de unas fuertes precipitaciones anuales, con gran cantidad de lluvias.
Pero su red de abastecimiento, empieza a ceder ante el trabajo de tener que llevar agua a más de 20.000.000 de habitantes, demasiadas para una misma ciudad. La octava ciudad más rica del planeta, ya ve cómo más de un millón de personas, se ven afectadas por cortes de suministro de agua cada día. Las reservas de agua de la ciudad, podrían acabarse en cuestión de meses.
Sabemos de dónde procede el agua que sale por nuestros grifos, pero no sabemos de dónde procede el agua de los refrescos y bebidas, desconocemos la cantidad de agua empleada en hacer la camisa que llevamos puesta, y en muchas otras cosas. Por ejemplo, la taza de café que te sirven cada mañana, necesita de 120 litros de agua, una hamburguesa 8.000 litros, una lata de cerveza 150 litros. Para cultivar el algodón suficiente que lleva una camisa, hacen falta 3.000 litros. Este impacto de la demanda humana sobre el agua, es tan evidente, que se puede observar claramente desde el Espacio.
El Mar de Aral, un lago de agua dulce de Asia Central. cubría en el pasado, una zona de 65.000 km2. En los últimos 40 años ha perdido más del 90% de su agua.
Los ríos que lo alimentaban, han sido desviados para regar el algodón en zonas de Uzbekistán y Kazajistán. En la actualidad, Uzbekistán es uno de los mayores productores exportadores de algodón en el mundo, pero a un precio demasiado alto. En la URSS se consideraba que el Aral era un «error de la naturaleza», y un ingeniero soviético había dicho en 1.968 que «es evidente para todo el mundo que la desaparición del Mar de Aral es inevitable». Esta es la vil excusa para defender los travases. En 1.960, era el cuarto lago más grande del mundo.
El Lago Chad, en el extremo sur del Sahara, fue drenado, y ahora es una décima parte de lo que era, debido a la sequía y a la sobreexplotación. De este lago, dependen 30.000.000 de personas.
En 1.960, el área cubierta por sus aguas era de 26.000 km2, una extensión similar a la superficie de la isla de Sicilia, lo cual le convertía en el cuarto mayor lago de África. En el año 2.000, su extensión se había reducido a menos de 1.500 km2, y en 2006 era de tan sólo 900 km2. Los pronósticos indican que el lago continuará reduciéndose e incluso acabará secándose a lo largo del siglo XXI.
En un futuro, suministrar agua no será el problema. La mayoría del agua disponible se destina a la agricultura. Eso significa que, la escasez de agua a la que nos enfrentamos en un futuro, afectará a nuestra capacidad para producir el otro elemento indispensable y necesario para la vida, la comida.
La geógrafa de la NASA, Molly Brown, controla la producción de comida sobre la Tierra, usando los datos de los satélites de la NASA. Molly considera que ya hay indicios de que la agricultura global ha llegado a un límite natural. Las imágenes de los satélites, muestran que se está utilizando prácticamente toda la tierra disponible. Se está utilizando el 40% de la superficie de la Tierra para la agricultura. Mucha superficie es empleada para edificar y construir ciudades, y mucha es árida e inhóspita, con un clima adverso para el cultivo.
Hay que duplicar la comida que existe actualmente. ¿Cómo?. Aumentando la productividad, porque no existe más tierra a la que expandirse. El ser humano, ha conseguido sobreponerse a la adversidad en el pasado. Norman Borlaug, salvó millones de vidas en lo que se denominó la «revolución verde«.
Borlaug introdujo las semillas híbridas en la producción agrícola en 1.960. Consiguió crear variedades mejoradas de maíz y trigo, enseñó a los lugareños cómo sacar más productividad de los cultivos, con técnicas mejoradas, adelantos tecnológicos y la utilización de fertilizantes. Este avance provocó que, en Pakistán e India, se produjera un incremento de su productividad cinco veces más. Gracias a él, se han salvado más de 1.000 millones de vidas humanas. En 1.970, fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz, por su contribución a paliar el hambre en el mundo.
La fotografía dice: Norman Borlaug fue un científico. Su trabajo en organismos modificados genéticamente, ha salvado a más de mil millones de personas del hambre hasta el momento. La mayoría eran una raza diferente de él. Él no quería alabanzas, él no quería dinero, él no quería ser adorado. Su única motivación era la compasión humana y tú probablemente nunca hayas oído hablar de él.
Los países más ricos del planeta, están comprando miles de hectáreas de tierras en otros países del mundo, para poder exportar la comida de esas cosechas a sus propios ciudadanos. Arabia Saudí ha comprado terrenos en Sudán. Gran Bretaña lo ha hecho en Malawi, Ucrania y Angola. China ha hecho lo propio en países como Brasil, México, Kazajistán y Camerún. Resulta surrealista y paradójico, que esto esté sucediendo en países como Etiopía, donde muchos de los alimentos que se producen, son enviados a los países que son dueños de esas tierras, para venderlos a otros países, cuando Etiopía es un país que se muere de hambre, y los recursos que explotan no son suyos. Es decir, Etiopía produce comida para los mercados de la exportación, y depende de la ayuda internacional para alimentar a sus propios ciudadanos. Realmente no tiene sentido, es totalmente absurdo.
En ecología, hay un concepto denominado «capacidad de carga«. Es el cálculo de la población que puede soportar un entorno determinado. Si dividimos la productividad total de la Tierra, por el número total de personas, sabremos cuántas personas puede acoger el planeta. La biocapacidad productora de la Tierra, engloba la comida, el agua, y la energía que se produce en el mundo cada año, y se mide en hectáreas globales. Si compartiéramos de forma equitativa la biocapacidad productora de la Tierra, habría 2 hectáreas globales por persona. Pero la realidad muestra unos datos muy diferentes.
África utiliza 1,37 hectáreas, poco más de la mitad de lo que le correspondería. La India utiliza 0,89 hectáreas, menos de la mitad. China utiliza una parte justa, sus 2 hectáreas por persona. Europa utiliza 4,45 y Gran Bretaña 5,35 hectáreas, mucho más de lo que les corresponde. Si nos vamos a EE.UU., éstos utilizan 5 veces más de lo que les corresponde, casi 10 hectáreas globales por persona. El reparto está totalmente desequilibrado y repartido de forma injusta. La pregunta es, ¿a cuánta gente puede mantener la Tierra?
Si todos los humanos, consumiesen la media de los hindúes, la Tierra podría mantener a 15.000 millones de personas de forma equitativa y justa. Si consumiésemos tan poco como un ruandés medio, la Tierra podría mantener a 18.000 millones de personas. Pero si queremos vivir como un británico, la Tierra solo podría albergar y mantener a 2.500 millones de personas. Y sólo a 1.500 millones, si se quiere mantener el nivel de vida de un estadounidense.
El consumo a nivel mundial, ya está excediendo hoy día, la capacidad productora del planeta, no solo en términos de su capacidad para producir, sino también, a la capacidad para asimilar nuestros resíduos. Ahora mismo, necesitaríamos un planeta Tierra y medio, para poder mantener nuestro nivel de vida actual. Vivimos por encima de los medios que tiene nuestro entorno para sostenernos. Para que el Tercer Mundo, pudiera avanzar, y conseguir esas 2 hectáreas globales que le pertenecen, los países desarrollados deberían renunciar al consumo masivo. ¿Es un compromiso que la sociedad avanzada y que más gasta, está dispuesta a hacer?. Mi experiencia me dice que no se hará por iniciativa propia, sólo se hará cuando el planeta obligue realmente a ello, cuando el daño ya esté causado, y la única salida sea hacerlo por obligación.
La Humanidad necesita reducir su impacto sobre la Tierra urgentemente, y sólo hay tres formas de hacerlo: 1.- dejar de consumir tantos recursos. 2.- cambiar nuestra tecnología. 3.- reducir el crecimiento demográfico. Probablemente habrá que aplicar las tres.
Para la mayoría de la gente, que se les diga cuántos hijos debe tener, es una idea inaceptable. En China, la política del hijo único, aplicada a mediados de los años 70, sigue aún vigente. Si no se hubieran aplicado esa medida, ahora mismo habría 500.000.000 de personas más sobre el planeta, que es más que toda la población actual de EE.UU, España y Francia juntas. Resulta difícil pensar, que esa medida hubiera podido salir adelante en cualquier otro país, sin una oposición mayoritaria.
En la India, también se intentó una medida para controlar la natalidad. El Gobierno daba un pequeño incentivo económico, a quien se hiciera una vasectomia. Esta medida llevó a que se hicieran unas 80.000 esterilizaciones a la semana. Este programa atrajo a objetivos no deseados, personas que ya tenían familias numerosas, con más de cinco hijos. Aquellas familias con un sólo hijo o con dos, no se hicieron la vasectomia, por lo que la medida fracasó. Así que el Gobierno, esterilizó a toda persona que cometiera un delito como castigo. Una persona que viajaba en tren sin billete, se le esterilizaba. Esto llevó a que en 1.977, más de 8.000.000 de personas fueran esterilizadas.
Pero en la India, también existe un Estado, donde la sostenibilidad es perfecta. Esto quiere decir, que no es necesario llegar a tomar medidas drásticas para el control de natalidad. Kerala, es el Estado más alfabetizado de la India, llegando casi al 100% de la población. Una educación adecuada, ha hecho que las adolescentes, se conciencien y, quieran a su vez conseguir un nivel de vida óptimo. La ayuda de la anticoncepción es vital para poder conseguir dicho objetivo. La media de hijos en Kerala, es de 1,5. La mayoría de las familias tienen uno o dos hijos, es raro ver una familia que contenga tres hijos o más.
Tenemos que empezar a dejar de malgastar tanto, tenemos que empezar a dejar de contaminar tanto, si seguimos el mismo ritmo que hasta ahora, la temperatura de la Tierra subirá entre 2ºC y 3ºC. Este hecho reducirá muy considerablemente la comida y otros recursos, y la vida en la Tierra tendrá unas condicionas muy duras. Pero, ¿por qué si lo vemos venir, si la ciencia ya ha avisado de lo que va a ocurrir, no se hace nada al respecto?. La estupidez humana no tiene límites.
No prestamos atención a los efectos a largo plazo de nuestras decisiones como especie dominante e inteligente del planeta, sobre el entorno y las demás especies. En los océanos hemos agotado bancos de peces enteros, el 10% de los arrecifes de coral están degradados e irrecuperables, 1/3 de los anfibios de todo el mundo, 1/5 de todos los mamíferos y un 70% de todas las plantas, están actualmente en peligro de extinción.
A la hora de conservar nuestro mundo natural, el ser humano se puede apoyar en dos argumentos; 1.- una obligación moral como especie más inteligente del planeta, y proteger a todas las especies que han evolucionado junto a nosotros. 2.- nuestro propio egoísmo. Cuanto más dañemos el entorno, más daño nos estamos haciendo a nosotros mismos. Seguramente, el argumento más poderoso y las decisiones vendrán dadas por nuestro propio egoísmo.
Isaac Asimov, es una de las personas más inteligentes que han existido. Ha sido otorgado con 14 Doctorados Honoris Causa en distintas áreas, es la persona más prolífica en libros de la historia, y el más traducido. Pero también era bioquímico, y muchos de sus libros son de divulgación científica, no sólo de ciencia ficción. Y su opinión sobre la superpoblación es contundente.
Al terminar de leer este capítulo, ya seremos 6.000 personas más en el mundo, muchas especies habrán sido sacrificadas, más contaminación habremos vertido en nuestra atmósfera, ríos y océanos, más resíduos se habrán abandonado en lugares inadecuados. Y el tiempo se termina. Y no hacemos nada.