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Intraterrestres

Entre el Mar Negro al norte, y los Montes Tauro al sur, se encuentra la región de Capadocia, en el centro de Turquía. Esta zona, de 50 km2, es considerada un «paisaje lunar», por sus características geológicas únicas en el planeta. En 1.963, durante unas obras en una casa, al derribar una pared de una habitación, el dueño descubrió que detrás se encontraba una misteriosa habitación que nunca había visto. Esa habitación le condujo a otra estancia, y ésta a otra más, y así sucesivamente. Esta persona, sin pretenderlo, había descubierto la ciudad subterránea de Derinkuyu.

Este laberinto subterráneo, tenía 85 metros de profundidad y miles de años de antigüedad. Consta de 12 pisos hacia el interior de la tierra, con 53 conductos de ventilación principales, y más de 15.000 microconductos que proporcionaban aire a cada rincón de la ciudad sumergida, toda una obra de ingeniería.

Derinkuyu significa «pozo profundo». Las estancias interiores, además de utilizarse como viviendas, también se utilizaban como centros religiosos y de culto, establos, almacenes, comedores, cocinas, prensas para el vino, bodegas, incluso como cementerio. Se calcula que estas instalaciones eran suficientes para dar refugio a más de 30.000 personas. Una auténtica ciudad bajo tierra. ¿Qué llevó a un pueblo, a realizar semejante obra de ingeniería bajo tierra?. ¿De qué o quién querían protegerse?.

El laberinto, cuenta con tres puntos estratégicamente seleccionados, cuyo acceso podía ser bloqueado, desplazando las rocas adyacentes, impidiendo así la entrada de visitantes no deseados, ladrones, saqueadores o enemigos. Esas rocas, eran realmente una sola roca circular, como una rueda enorme, que solo podía ser empujada desde un lado.

También se podía hablar, a través de ciertos conductos especiales, con las personas de otros pisos, de forma nítida. Aparte de tener una red de ventilación perfecta, también tenía una red de comunicaciones muy avanzada. Derinkuyu, tiene un túnel de 8 km de largo, que la conecta con la ciudad sumergida de Kaymakli.

Diferentes historiadores, dicen que pudo servir de refugio por los frigios en el año 800 a.C., un pueblo de la Edad de Bronce, emparentado con los Troyanos. Otros, aseguran que fue el refugio del pueblo hitita, en el año 1.200 a.C. Es evidente, que no saben realmente quién lo construyó, ni por qué motivo, ni para qué fin. Para los expertos, es difícil asignar una época concreta, ya que el método de datación por Carbono-14, sólo es aplicable a muestras orgánicas, que son las que pueden fijar en un momento dado los isótopos de la atmósfera. Esta datación, es imposible en muestras de roca. Así que, ¿en qué época se construyó Derinkuyu?. ¿Y por qué?.

Dentro de la ciudad sumergida, una de las características más visibles, es que las estancias y la altura de cada piso, estaban construidas para personas de una estatura elevada, mucho más alta que la media del pueblo frigio e hitita. Este dato, concuerda con todos los textos, dibujos, sellos, relieves y diferentes representaciones que hablan de los dioses del cielo, como seres gigantes, de conocimientos muy avanzados y que venían de las estrellas.

Capadocia, formaba parte de la antigua Persia, región dominada por una religión llamada Zoroastrismo, la religión y filosofía basada en las enseñanzas del profeta  Zoroastro (más conocido como Zaratustra), que reconocen como divinidad a Ahura Mazda, considerado por Zoroastro como el único creador de todo. Mazda significa «Sabiduría», y Ahura significa «Ser Alto», así que Ahura Mazda, era «la persona alta de gran sabiduría». Hay que tener en cuenta, que estos nombres, tanto el de Ahura Mazda, como el de otros «dioses» o seres que bajaron de los cielos, siempre se corresponde con aquello que las personas de la Tierra veían. Ellos no sabían quiénes eran, ni comprendían seguramente su lenguaje, así que los denominaban con sus rasgos físicos, y por aquello en lo que destacaban. No es ninguna casualidad que, todos esos dioses, tengan apelativos como «inteligentes», «poderosos», «gigantes», «de piel blanca», «sabios», «de grandes conocimientos», «venidos de las estrellas», etc.

El Zoroastrismo, era una filosofía de pensamiento, que se basaba en la oposición de las fuerzas del Bien y del Mal. Tanto el Hinduismo, como el Judeo-Cristianismo, están muy influenciadas por esta religión tan antigua.

En el segundo capítulo del Libro Sagrado Zoroástrico, el Avesta, Ahura Mazda salva a la Humanidad de un desastre natural mundial, parecido al Diluvio de Noé del Antiguo Testamento.  Ahura Mazda, dió a uno de sus profetas, instrucciones para construir un refugio muy parecido a Derinkuyu, y empezó a construir la ciudad para dar refugio a personas y animales, pero no de un diluvio ni una inundación, sino de una glaciación, llamado por el Libro Sagrado Avesta, el «infierno maligno». Los climatólogos, datan la última Edad de Hielo hace 18.000 años, terminando en el año 10.000 a.C.

Según los textos zoroástricos antiguos, Ahura Mazda se elevó a los cielos en su carruaje divino, y declaró la guerra a su mayor enemigo, Angra Mainyu, el demonio de la destrucción. ¿Se ocultaban estas personas, de un enemigo venido de los cielos, con tan grandes poderes de destrucción, que su única salvación era permanecer oculto bajo tierra, sin ser vistos?.

Ahora utilicemos sólo la lógica y la razón. Si un pueblo, sea el que sea, antiguamente quería refugiarse o defenderse de peligros externos, de enemigos, de ladrones, etc… lo más lógico era crear una ciudad fortaleza, con su foso, sus murallas, sus torres de vigilancia, con fuertes muros, difíciles de derribar, que fueran lo suficientemente altos para dificultar que se saltara, fabricando armas, etc… Ahora bien, ¿qué puede llevar a un pueblo a ocultarse bajo tierra, a crear una auténtica ciudad, una obra de ingeniería tan avanzada para la época?. Obviamente, querían pasar desapercibidos de algo o de alguien, no defenderse como nos imaginamos que lo haría un pueblo de hace miles de años, sino resguardarse, en silencio, sin armas, solo esperando que no fueran detectados, porque si lo fueran, tanto la ciudad como ellos estaban muertos, sin defensa alguna.

Pensemos en los animales que tienen sus madrigueras bajo tierra. Están bien ocultos, pasan desapercibidos, pero una vez son localizados, el animal que habita dentro, está a merced del intruso, y más si ese enemigo, es mucho más fuerte y poderoso, o dispone con más armas naturales o artificiales. Para los enemigos del pueblo que allí se refugiaron, si hallaran los conductos de ventilación, con taparlos asfixiarían a todos los habitantes de la ciudad sumergida. Todos los Ejércitos de Inteligencia de Defensa, afirman que: «una cueva, una vez encontrada es altamente vulnerable, y se convierte en tu tumba».

En Arizona (EE.UU), diferentes tribus indias, cuentan que sus comienzos surgieron desde el interior de la Tierra. Entre ellos, los indios Hopi, cuentan que sus antepasados, escaparon de una mortífera «tormenta de estrellas», con la ayuda de  los «hombres serpiente»,  que los trasladó a unos refugios en las profundidades de la tierra. Otra leyenda Hopi, habla de los «hombres hormiga«, que los protegió de las «tormentas de fuego y hielo». Este es uno de los petroglifos descubiertos en las cuevas de los indios Hopi, donde aparecen los seres que ellos denominaban «hombres hormiga».

 

Los chamanes, cuentan cómo resurgió su pueblo desde el interior de la tierra, guiados por los «hombres estrella», que vinieron del Espacio exterior, y eran unos seres de forma humana que disponían de aparatos voladores en forma de escudos. El lugar de donde procedían estos seres, según los Hopi, era la constelación de Orión. ¿Es casualidad que, al igual que los moais en la Isla de Pascua, las Pirámides de Gizeh, las Piedras de Carnac o Stonehenge, estén orientadas hacia esta constelación?. ¿O es más probable que todas estén orientadas a esta zona del Espacio, porque así se les dijo que lo hicieran?.

El término Hopi para Orión es Hotòmqam, que significa “para colgar” o “tres”.  Esto podría hacer referencia a las tres estrellas del cinturón de Orión. La aparición de Orión a través de las trampillas en lo alto de los kivas de los Hopi (las cámaras de oración semi-subterráneas), todavía sincroniza muchas sagradas ceremonias anuales. La palabra Hopi para hormiga es «anu». En el mismo idioma, «naki» quiere decir amigo, así que «anu-naki» son los «amigos hormiga». ¿Es casualidad que aparezca esta palabra (anunnaki), al igual que los famosos seres que relata Zecharia Sitchin, en referencia a seres que procedían del planeta «X» cuyo significado era «los de sangre real»?.

En Mesoamérica, el pueblo maya, que comparte muchas características culturales con los Hopi,  relata leyendas de hormigas parecidas a hombres que construyeron ciudades de piedra y caminos durante la Primera Creación (Mundo). Estos seres poseían poderes mágicos, y podían emplazar las piedras en las posiciones arquitectónicas apropiadas «silbando» (en el capítulo anterior, analicé cómo las civilizaciones antiguas desplazaban las piedras, por medio de la levitación acústica).

En Jicarilla (Nuevo México, EE.UU.), existe una reserva de los indios apache, con una comunidad de 2.500 personas, donde el 95% vive en la zona llamada Dulce. Este pueblo apache, tiene una historia muy parecida con los Indios Hopi, y en sus leyendas, cuentan que también surgieron desde el interior de la tierra. En Dulce, se encuentra la «mesa de Archuleta«, de más de 2.700 metros de altura. Esta región, es conocida como otro Área 51, llamada Base Dulce.

Base Dulce es un área restringida, donde constantemente sobrevuelan objetos no identificados, y aviación militar, sobre todo helicópteros chinooks, el helicóptero más versátil para transportar pesados cargamentos y transportar hombres. En la reserva apache de Jicarilla, supuestamente no hay nada, solo tierra árida y un pequeño pueblo inofensivo. ¿Por qué hay tanto despliegue militar y tantos avistamientos de luces y naves extrañas?.

Aparentemente no hay nada allí, porque la base militar se encuentra en los túneles bajo Mesa Archuleta.

Bajo la superficie de esta área, existe un complejo militar y una red de túneles, que conecta con diferentes zonas, como las instalaciones de investigación de Los Álamos. La Base Dulce, es conocida como un laboratorio de Biogenética, (se dice que incluso se hacen vivisecciones, que son disecciones a seres humanos estando con vida, para diferentes estudios),  donde se investiga la manipulación genética y atómica, clonación, el cerebro humano (sobre todo la cuestión de la psique y el poder de la mente,  para un avanzado control mental), mutaciones entre diferentes seres y razas, implantes de chips audiovisuales, etc. Si en el Área 51, se investiga potenciar lo material, sobre todo en cuestión de transporte aéreo, en Base Dulce, se investiga potenciar lo orgánico, una raza humana de seres especiales, un soldado perfecto, que apenas duerma, con la capacidad de comunicarse mentalmente, con gran capacidad visual, auditiva, con resistencia al estrés, a no tener miedos, a seguir las órdenes encomendadas, a sobrevivir a condiciones extremas, realizar implantes creando cyborgs… todo un alto nivel secreto de investigación, para la creación del soldado perfecto, maquinaria humana tan precisa, que no exista nada durante una guerra que bloquee o sea un obstáculo para cumplir una misión, y ganar guerras en poco espacio de tiempo.

En 1.947, se construyó una carretera cerca de la Base, para dar cobertura a una empresa maderera, pero jamás  se transportó ninguna madera, y esa carretera, tenía una gran recta, que servía como pista de aterrizaje. Veinte años después, en 1.967, en el condado de Alamosa (Colorado), una potranca llamada Lady, fue encontrada muerta y con la cabeza descarnada. Al efectuar el examen patológico, el Dr. John Altshuler comprobó que el cerebro, la espina dorsal y  el corazón, habían sido retirados con increíble precisión. Pero lo más extraño, era que la sangre había sido vaciada sin manchar su cuerpo, ni la tierra alrededor del cadáver. Al examinar las muestras de tejidos en el microscopio, descubrió que la mutilación se hizo con un bisturí cauterizador quirúrgico, con una especie de láser, que a la vez que cortaba, cauterizaba (el láser se descubrió a mediados de los años 60, así que esa potencia, y el aparato que se empleó, no pudo ser inventado ni construido por el ser humano). No se halló ninguna huella cerca del cuerpo. Las únicas que se encontraron, eran las pisadas de la potranca, que terminaban a unos 30 metros de su cuerpo.

El «incidente Lady«, fue el primero de muchas más mutilaciones de animales. La gran mayoría de estos casos, seguían un patrón similar:

  • Casi todas las mutilaciones, se efectuaban a reses de ganado vacuno, el resto fueron  a caballos, ovejas y perros.
  • No hay señales de lucha. Incluso en suelos cubiertos de nieve, no se encontraron huellas de pisadas alrededor de los cuerpos, ni una gota de sangre. Parece como si los animales hubiesen sido levantados del suelo y luego dejados caer desde el aire.
  • Se les extirpaba los órganos internos (ojos, oídos, lengua, órganos vitales como el corazón, hígado y pulmones, genitales, etc…).
  • Los cuerpos estaban sin sangre, pero no había restos en el suelo. Las incisiones se efectuaron con precisión quirúrgica, y con un aparato, que a la vez que cortaba, cauterizaba la herida. Para poder hacer esto, se necesita una temperatura muy elevada, y que el calor que causara la herida, fuera firme y limpia. Solo un láser es capaz de hacerlo, y en la época de las primeras apariciones de mutilaciones, aún no existía ningún aparato para empleo médico, solo en laboratorios, en fase experimental.

Casualmente, tras cada caso, siempre aparecían los misteriosos helicópteros negros, silenciosos y sin ningún número de identificación de los exigidos por las regulaciones federales, en las inmediaciones después del descubrimiento de las reses muertas. En varias ocasiones, se vieron helicópteros rociando la zona donde después aparecían los animales mutilados.

El investigador Timothy Good, obtuvo un informe secreto del FBI de 1.976, realizado por el agente Gabriel Valdez, quien después de inspeccionar una vaca mutilada, descubrió unas marcas de 40 cm que se hundían en el suelo formando un triángulo. Gabriel, en su informe, expuso que era posible, que el animal fuera capturado por la nave, se lo llevaran, y una vez mutilado y extraído toda la sangre y los órganos, la dejaban nuevamente, motivo por el cual, nunca se encontraron huellas de personas, ni de otros animales, ni nada de sangre. Debajo de las huellas se encontró una sustancia aceitosa, la hierba chamuscada y unos niveles de radiación mucho más elevados que los normales.

Lou Girodo, jefe investigador de las mutilaciones del fiscal del distrito de Trinidad (Colorado) dijo: «estamos tratando con seres que no son de este planeta».

En la ladera de los Andes de la zona de Ecuador, vivían los Shuar (conocidos como jíbaros, nombre asignado por los españoles durante la época de la conquista). Esta tribu, guardaba el secreto de la localización de la Cueva de los Tayos (Cordillera del Cóndor). ¿Por qué mantenían en secreto la existencia de esta cueva, y cómo se ha llegado a encontrar?. Hubo un misionero católico italiano, llamado Carlo Crespi Croci (conocido como Padre Crespi), que vivió muchos años en esa zona, ayudando a los Shuar, sin pedir nunca nada a cambio, y los indios Shuar, como agradecimiento, le hicieron algunos regalos procedentes de esa cueva. Uno de los regalos, consistía en mostrarle la cueva que él desconocía, y todos sus secretos.

Muchas de las piezas arqueológicas encontradas, están expuestas en el Museo de Carlo Crespi Croci (Ecuador). El húngaro Juan Moricz, la descubrió en 1.969, y fue el primero en divulgar al mundo los tesoros que había en las profundidades de la cueva. Según el acta notarial del hallazgo, fechado el  21 de julio de 1.969 en Guayaquil, se puede leer:

…He descubierto valiosos objetos de gran valor cultural e histórico para la humanidad. Los objetos consisten especialmente en láminas metálicas, que contienen probablemente el resumen de la historia de una civilización extinguida, de la cual no tenemos hasta la fecha el menor indicio…

Juan Moricz

Uno de los descubrimientos, fue el hallazgo de gigantescas huellas sobre bloques de piedra, que por sus ángulos rectos y simetría, sugieren un origen artificial. Uno de los regalos que recibió el Padre Crespi, fue una tabla metálica con 36 signos de escritura, que aún no ha sido descifrado. El filólogo hindú Dileep Kumar, analizó los símbolos de la lámina de oro (de 52 cm de alto x 14 cm de ancho x 4 cm de grosor), y concluyó que los ideogramas pertenecían a la clase de escritura Brahmi, utilizada en el Período Asokan de la historia de la India (hace unos 2.300 años). Más tarde, el Dr. Barry Fell, Profesor de Biología de la Universidad de Harvard, identificó 12 signos de la lámina, asociándolo a los signos del Zodíaco.

El escocés Stanley Hall, reunió una expedición en 1.976 para inspeccionar la cueva. En dicha expedición, se encontraba la persona que pisó la luna por primera vez, el astronauta Neil Armstrong. Cuando accedieron a la cueva, Stanley se quedó asombrado por las dimensiones de la cueva, con amplias áreas hechas de forma artificial, y no por la naturaleza. El jefe de la expedición, responsable en temas geológicos, el Dr. Kelly, admitió no saber decir cómo se hicieron esas gigantescas entradas. La expedición, encontró algunos pequeños objetos, como anillos, pero nada que se pareciera a los obsequios que recibió el Padre Crespi. Aún no se ha encontrado la «Biblioteca Metálica», de donde los indios shuar extrajeron los tesoros.

En la extensa entrada, había dinteles y bloques de piedra, y un muro megalítico de 4,50 metros de largo x 2,5 metros de alto. El espeleólogo Julio Goyen Aguado, sostenía que la expedición fue financiada por la Iglesia Mormona, ya que las planchas metálicas a las que aludía Moricz, recordaban a las planchas de oro que recibió el profeta Joseph Smith de manos del ángel Moroni. Según Joseph Smith, Moroni se le apareció en forma de ángel en 1.823, para revelarle donde se encontraban ocultas unas planchas de oro, que el propio Smith fue quien las tradujo en el Libro Mormón.

Diversas leyendas mormonas, apuntan que los citados registros estarían ocultos actualmente en algún lugar de la cordillera de los Andes. La zona donde se ubica la Cueva de los Tayos, se denomina Morona, nombre muy similar y prácticamente idéntico con el «ángel» que contactó con Joseph Smith. Se sospecha, que Stanley Hall pertenecía a los Servicios Secretos del Reino Unido, además de formar parte de la masonería inglesa, muy interesada en encontrar la Biblioteca Metálica.  Neil Armstrong, que formó parte de la expedición, también es masón. Cuando Armstrong salió de la Cueva de los Tayos, donde permaneció durante tres días, declaró a los medios de comunicación que su visita al mundo subterráneo, había superado su vivencia en la Luna. ¿Que vió o experimentó allí abajo, que pudiera superar ser el primer hombre en la historia de la Humanidad, en pisar otro planeta que no fuera el nuestro?.

En la Península del Yucatán, la selva que lo puebla, está repleta de cavernas profundas llamadas cenotes. En 2.007, un arqueólogo llamado Guillermo de Anda, siguiendo los testimonios de los sacerdotes españoles que allí estuvieron en el siglo XVII, que insinuaban la existencia de un Templo subterráneo maya, de Anda encontró una cueva muy especial en la localidad de Tahtzibichen. En una de las cavernas descubiertas, los investigadores hallaron una carretera de cemento de 90 metros de largo,  una pirámide, restos de huesos, vasijas, utensilios y esculturas. ¿Qué hacía un camino asfaltado y una pirámide bajo tierra?.

Los mayas, en sus leyendas y creencias, tenían un mundo subterráneo denominado Xibalbá. Este mundo intraterrenal es conocido gracias a las descripciones que de él hace el Popol Vuh, el Libro Sagrado maya, también conocido como «Libro de la Comunidad», El Popol Vuh, se refiere a Xibalbá (que significa «el lugar del miedo»), como el infierno gobernado por los señores de los muertos o del inframundo. ¿Es la cueva hallada por Guillermo de Anda, el Xibalbá al que hacían referencia los mayas?. Es decir, el infierno maya, no era un lugar imaginario, el concepto que, por ejemplo, tiene el cristianismo de infierno, como un lugar más allá de la muerte, un pensamiento abstracto, sino que existía realmente.

En el Popol Vuh, se puede leer una descripción de Xibalbá, y del camino que hay que recorrer para llegar allí, como un lugar real aquí en la Tierra, donde se puede ir, un lugar bajo tierra, en los infiernos:

«Después descendieron al camino que lleva a Xibalbá, de pendientes muy en declive. Habiendo descendido así, llegaron al borde de los ríos encantados de barrancos llamados Barranco Cantante Resonante, Barranco Cantante, que pasaron sobre ríos encantados con árboles espinosos; innumerables [eran] los árboles espinosos, pasaron sin hacerse daño . En seguida llegaron al borde del río de la Sangre , [y] allí pasaron sin beber. Llegaron a otro río, de agua solamente; no habiendo sido vencidos, lo pasaron también. Entonces llegaron allí donde cuatro caminos se cruzaban: allí fueron vencidos, allí donde cuatro caminos se cruzaban. Un camino rojo, un camino negro , un camino blanco, un camino amarillo; cuatro caminos.»

En el Chilam Balam (nombre de varios libros que relatan hechos y circunstancias históricas de la civilización maya), escrito por los Sacerdotes del Jaguar, se narra cómo el «camino de las estrellas» descendió del cielo, y los 13 dioses vinieron a la Tierra.

Hubo un gobernante maya, llamado Pakal, que gobernó la ciudad maya de Palenque en el siglo VII. En 1.949, el arqueólogo Alberto Ruíz Lhuillier, descubrió la tumba de este gobernante. Ésta, se encontraba en un altar, formado por una losa de 3,8 metros de longitud x 2,2 metros de ancho x 25 cm de altura. Su peso se aproximaba a las 5 toneladas. La losa, descansaba en un monolito de 6 m3, apoyado sobre 6 grandes bloques de piedra trabajada, todo ello cubierto de espectaculares relieves. Uno de esos bajorrelieves, después de diferentes estudios y análisis, se le ha denominado el «astronauta de Palenque«.

Se ve claramente que, Pakal, se encuentra dentro de una especie de nave. La postura es totalmente aerodinámica. El artefacto tiene una cabeza puntiaguda, seguida de unas extrañas aletas estriadas, como si fueran conductos de ventilación. La nave (también aerodinámica, una disciplina que desconocían totalmente en la antigüedad), en la parte trasera  termina con una especie de fuego llameante. Parece un cohete cósmico o cápsula espacial del tipo Mercury, propulsado por energía iónica o fotónica.

Se puede observar a Pakal, manejando con sus manos el cuadro de mando, también lleva una especie de casco, y el pelo ingrávido, como sucede solo en el Espacio exterior. La punta de la nariz, está en contacto con otra parte de la nave, que bien podría tratarse de un respirador artificial para administrar oxígeno. En 1.969, la NASA encontró 16 puntos coincidentes entre la nave del astronauta de Palenque, con el módulo de mando de una de sus cápsulas.

Los arqueólogos, dicen que la «nave», es una cruz o árbol de la vida. Ellos, interpretan la escena, diciendo que la parte superior se corona con el típico pájaro quetzal (símbolo del dios sol). El tronco está formado por ramas y una serpiente, del que surgen mazorcas antropomorfas, y la parte inferior, junto a las raíces, se encuentra el demonio, el inframundo. Otros investigadores dicen que el rey, es devorado por los demonios del averno, para después renacer con los rayos del sol de un nuevo día.

Todas las personas que han visto este relieve, están más próximas a ver e interpretar la escena como un hombre dentro de una nave, que ver un árbol. Los arqueólogos, siempre descartan otras posibilidades e interpretaciones, porque sus miras son limitadas, hecho que hace que en muchos aspectos de Egipto, homínidos y muchas civilizaciones antiguas, solo encuentren eslabones perdidos, daten los descubrimientos en épocas que no se corresponden e intenten ramificar todo un árbol genealógico que no cuadra, y tengan que crear más y más ramas, hasta hacerlo inconexo, incomprensible y poco creíble.

Si revisáramos paso por paso, toda la estructura de la historia de la civilización, vista por los arqueólogos, la conclusión sería que es imposible lo que dicen. Los mejores astrónomos del mundo, con la tecnología tan avanzada que tenemos, estudiando la posición de las estrellas, los planetas y las constelaciones en los cielos en tiempos remotos, aseguran que las pirámides de Egipto se crearon miles de años antes que las fechas que los arqueólogos dicen. Y resulta, que los expertos en arqueología, no saben explicar muchas cosas, permaneciendo en silencio, o simplemente obviando aquello que encuentran sin datarlo en un momento preciso de la historia. ¿Por qué?, porque a ellos tampoco les cuadra sus conclusiones, y para que lo hiciera, tendrían que estar dispuesto a considerar otras opciones.

Pero resulta, que lo que sí cuadra, son todas las pruebas que tenemos en los textos antiguos, en los Libros Sagrados de todas las civilizaciones, con leyendas, mitos e historias paralelas, con presencia de dioses venidos de las estrellas, seres muy avanzados que les enseñó a construir, a interpretar los cielos, a escribir. Todas esas civilizaciones, suponen un salto cuántico de conocimientos increíbles, de permanecer en cuevas, salvajes, a construir las ciudades más grandes sobre la faz de la Tierra, de no conocer instrumentos ni utensilios, a poder desplazar ingentes cantidades de  piedra, levantarlas y asentarlas de forma perfecta. De repente, eran expertos en matemáticas, arquitectura, astronomía, crearon el lenguaje y la escritura, se asentaron en desplazamientos geográficos estratégicos, conociendo las fuerzas que rigen el cosmos y la Tierra, fuerzas invisibles, pero muy poderosas.

Las personas más eruditas e ilustradas, convergen en reconocer que es imposible que esas civilizaciones fueran tan avanzadas, e hicieran de forma rudimentaria todo lo que crearon, sin ayuda externa. Para asegurar esto, se basan en la lógica y en la razón, apoyados por la ciencia, la física y las matemáticas, disciplinas muy exactas.

Algo ocurrió en los cielos, para hacer que se ocultaran bajo tierra, construyendo auténticas ciudades subterráneas, para permanecer oculto, en silencio, ante una gran amenaza capaz de destruir todo un pueblo rápidamente. Una amenaza imposible de rebatir, una amenaza proveniente de los cielos, sin tratarse de meteoritos, ni diluvios, sino de fuerzas muy avanzadas, fuerzas que obligaron a la raza humana, junto con muchos «dioses» y seres de las estrellas, a ocultarse y convertirse en intraterrestres.

El Misterio de la Antigravedad en la Antigüedad

Mucha de la tecnología que ahora conocemos, ya fue usada hace miles de años. Todos los relatos hacen referencia a fuerzas extremas, fuerzas traídas por los «dioses», que destruían ciudades, armas que provocaban temperaturas excesivas, que vitrificaban la piedra, incineraba instantáneamente a los seres vivos, etc. También encontramos el lado opuesto, tecnología antigua capaz de construir monumentos enormes, transportar y levantar bloques de piedra de hasta 300 toneladas, con una precisión exhaustiva, sin marcas de cuerdas, ni poleas, ni ninguna otra ayuda para hacerlo. Las pruebas están ahí, en los relatos, los textos, los mitos y leyendas que pasan a través de cada generación, transmitidas por aquellos que vivieron el momento, en las ciudades que hoy son restos arqueológicos, que esconden los secretos de qué sucedió.

En la ciudad de Jericó, a 28 km de Jerusalén, fue donde Dios se dirigió a Josué (el sucesor de Moisés), ordenándole que sitiara la ciudad durante seis días, acompañado de siete sacerdotes, quienes portaban cuernos de carnero, seguidos del Arca de la Alianza. Al séptimo día, cuando el sonido de los cuernos de carnero retumbaron en los muros de Jericó, estos cedieron, y la ciudad fue saqueada. En el Libro de Josué, se especifica que los cuernos que hicieron caer los muros, se llamaban shofar.

En las escrituras, se narra cómo se ordenó al ejército rodear la ciudad, y una vez Jericó estuvo totalmente rodeada, emanaron un sonido atípico, que estaba acompañado por el Arca de la Alianza, el cofre del poder absoluto, donde residía y se guardaba la fuerza de dios (o de los dioses). ¿Cómo pudo el sonido que salía de los cuernos de carneros, echar abajo los muros de una ciudad fortificada como Jericó?. ¿Qué tuvo que ver el Arca de la Alianza?.

A principios del siglo XX, se encontraron las ruinas de la ciudad de Jericó, con una superficie aproximada de tres hectáreas, destacando principalmente una torre maciza de piedra que medía 9 metros de altura x 8 metros de anchura. Las murallas tenían una envergadura de 7 metros de ancho. En algunas zonas, la muralla estaba compuesta de dos muros que discurrían en paralelo, distantes el uno del otro unos 4 metros. Delante del muro se encontraba un foso de 3 metros de profundidad x 8 metros de ancho. Esto da una muestra, del poder que se necesitaba para destruir los muros y entrar en la ciudad.

Actualmente, las fuerzas especiales y el ejército, poseen un arma no letal, utilizada en manifestaciones, o para ahuyentar masas de personas sin que haya heridos graves. Esta arma es conocida como LRAD, y es un dispositivo acústico de largo alcance. Pero este tipo de arma, estas ondas sónicas, también se podrían emplear para destruir cosas (al igual que ciertas frecuencias, hacen que estallen copas o vasos de cristal). ¿Conocían antiguas civilizaciones el poder de las ondas sónicas, y poseían los conocimientos y las herramientas para ello?. ¿Pudieron los israelitas, con ayuda del Arca de la Alianza (donde reside el poder de los dioses), derribar las murallas de Jericó, gracias a la amplificación del sonido que salía de los shofar?.

El investigador sobre las ondas de sonido, levitación acústica,  y ex-astronauta de la NASA, Taylor Wang, es el mayor experto sobre el planeta en cuestión de sonido, sus efectos y forma de empleo. Wang afirma, que la caída de Jericó, pudo perfectamente deberse a la fuerza acústica, la fuerza del sonido. Dice que si se concentra en un muro una resonancia de forma continua, y se ampliara su efecto, ésta cedería y explosionaría, ya que la resonancia, lo que hace es acumular grandes cantidades de energía, que si se alimenta de forma continuada, puede acabar destruyendo todo.

El sonido, es básicamente una onda de presión, y cuando se incorpora la energía a la ecuación, esa mezcla es destructiva. Se puede afirmar, que es un arma de partículas, porque lo que se hace es mover el aire, solo se necesitaría que algo, dirigiera el sonido a la zona que queremos destruir, convirtiéndolo en un rayo de energía acústica dirigida.

El Arca de la Alianza, siempre acompañaba a los judíos cuando iban a librar una guerra o una batalla, como ocurrió durante la conquista de Canaán. Con ella, los judíos se sentían protegidos, porque el Arca poseía tales poderes, que la convertían en un arma absolutamente letal. Ellos decían, que en su interior residía la ira de Dios. Así que, en el cerco a la ciudad de Jericó, siete cuernos de carnero, tocados de forma constante por siete sacerdotes, y acompañados del Arca, consiguieron destruir los muros y asediar la ciudad.

Si pensamos de forma, que la razón sea quien domine el pensamiento, sabemos que el simple sonido que emanan esos cuernos, es totalmente insuficiente para derribar una ciudad, incluso el simple hecho de pensarlo, sonaría absurdo. Pero todos los textos narran que fue así, que la ira de los dioses, una fuente de poder y energía que poseía el Arca, ayudó a dirigir el sonido, actuando como amplificador en puntos determinados de la muralla. Y esta teoría, sí está respaldada por la razón, la lógica y la ciencia.

Pero los shofar, no han sido las únicas armas sónicas de la antigüedad del que se tenga constancia. En Números 10:1,2. aparecen las instrucciones divinas dadas a Moisés, para que hiciera dos trompetas de plata. ¿Es casualidad que sean siempre los dioses, quienes dan instrucciones y conocimientos tecnológicos y avanzados, a los seres humanos?. La palabra hebrea chatsotserah, aparece 29 veces en el Antiguo Testamento. Se ha traducido casi siempre como «trompeta», excepto en 3 ocasiones, que aparece como  «trompeteros», y una vez como «bocina», apareciendo sólo una vez en singular.

Pero estos shofar, con poderes sónicos, no son los únicos del que tenemos referencias. En noviembre de 1.922, el arqueólogo americano Howard Carter, descubrió la tumba de Tutankamón. Entre sus tesoros, se encontraron dos trompetas, una de plata y otra de bronce.

Los instrumentos habían permanecido mudos por más de 3.000 años en el Valle de los Reyes, próximos a la momia del joven faraón. Ambos estaban decorados con inscripciones de dioses identificados con campañas militares. En 1.939, eligieron al legendario trompetista James Tappern, para que tocara tan frágil instrumento. James, se quedó sorprendido por el sonido de la trompeta de Tutankamón, la cual marcó su vida, y la de su hijo Peter Tappern. Peter dijo: «Me dejó estupefacto la calidad del sonido. Cómo la tocaban los trompetistas de la época de Tutankamón, ni me pregunten. Mi padre utilizó boquillas modernas, pero la técnica que se necesita es asombrosa».

Una de las leyendas egipcias más notorias, es la maldición que recaerá en la Humanidad, sin son tocados los tesoros de Tutankamón, de las que se dice están malditas. Todo empezó al morir la persona que abrió la tumba, Lord Carnarvon, picado por un mosquito cuatro meses después de profanar el descanso del faraón. El mismo día que falleció, 04 de abril de 1.923, El Cairo se quedó a oscuras. Otra persona que estuvo presente, era su hermano, Audrey Herbert, muriendo por causas desconocidas. La persona que derribó el muro que daba a la sala donde descansaba Tutankamón, Arthur Mace, murió días después también por causas inexplicables.

La persona que radiografió la momia, Sir Douglas Reid, falleció dos meses después de hacerlo, al igual que la secretaria que le ayudó de un ataque cardíaco. Al proceder a la autopsia de la momia se encontró que justo donde el mosquito había picado a Lord Carnarvon, Tutankamón tenía una herida igual.

En el Museo de El Cairo, cuando una de ellas estaba siendo limpiada en 1.954, alguien intentó soplarla, y en ese mismo momento la electricidad de todo el Alto Egipto falló. En 1.974, limpiándola de nuevo, y no teniendo constancia el personal del Museo, del anterior evento ocurrido 20 años antes, fue soplada de nuevo, y el poder energético se vino abajo, esta vez sólo en la región del Gran Cairo. Ambos incidentes, aparecen reflejados en los documentos archivados en la estación generadora de electricidad, de la caída inexplicable a cero ocurrida en aquel tiempo, y también en los artículos de los periódicos egipcios de aquel día.

Pero esa tecnología sónica, no solo ha sido empleada en el pasado como arma y destrucción, sino que fue un elemento esencial para levantar monumentos megalíticos y bloques de piedra, que aún hoy, nos parece inexplicable y un misterio cómo pudieron hacerlo.

En la Isla de Pohnpei, capital de los Estados Federados de Micronesia, se encuentra una ciudad de piedra megalítica llamada Nan Madol, con una extensión de 28 km2 repartida entre cien isletas de arrecife y coral, con numerosos canales artificiales que la convierten en “La Venecia del Pacífico”. Nan Madol es una incógnita, nadie sabe realmente cuándo fue construida, ni por quién, con gigantescos bloques de basalto, sobre 91 islotes artificiales.

Es en este lugar, donde las leyendas aseguran, que al igual que en el antiguo Egipto, los enormes bloques de piedra, cuyo peso oscila entre las 20 y 50 toneladas, se transportaban por el aire.  Se han identificado algunas probables canteras alrededor de la isla, pero el origen exacto de las piedras de Nan Madol está aún por determinar. Los arqueólogos, aún tienen que desentrañar el misterio.  ¿Cómo pudieron salvar la barrera coralífera?. El transporte por el agua es imposible. Algunos habitantes actuales de Pohnpei, creen que las piedras llegaron volando a la isla, gracias a la magia negra. La gente del lugar, cuenta que Olosipe y Olosaupa, los dos hermanos constructores, estaban dotados de un extraordinario poder mágico.

Convocaron a todas las piedras para que vinieran por sí solas, y formaran las imponentes construcciones. Olosipe y Olosaupa, llamaron a las piedras que estaban en Sokehs. Estas oyeron su llamada mágica y acudieron volando junto a los dos hermanos.

Por procedimientos mágicos, éstos ordenaron a cada uno de los grandes bloques de piedra, que ocupara su sitio correspondiente en las construcciones. Tal es la forma en que se construyó Nan Madol.»

Los indios Hopi, también cuentan entre sus leyendas, algo muy parecido. Los Hopi, afirman que sus antepasados fueron visitados por seres procedentes de las estrellas, quienes se desplazaban en escudos volantes o «pájaros tronantes», y dominaban el arte de cortar y transportar enormes bloques de piedra, así como construir túneles e instalaciones subterráneas. Estos salvadores eran los katchinas, que significa «Sabios, Ilustres y Respetados». Eran capaces de trasladarse por el aire a velocidades gigantescas, y de aterrizar en cualquier lugar.

En el año 2.000 a.C., se construyó la ciudad de Micenas, construida completamente por miles de bloques de piedra, superpuestas unas detrás de otras, sin ningún tipo de argamasa ni mortero, desafiando por completo las leyes de la gravedad, y siendo un misterio de cómo lo pudieron hacer. Los mayores expertos en construcción, arquitectos e ingenieros, opinan que Micenas, es una ciudad que no ha podido ser levantada por el hombre, que está muy por encima de la capacidad humana de aquella época.

Aquí se encuentra el Tesoro o Tumba de Atreo. El bloque de piedra horizontal, que se encuentra justo en lo alto de la entrada, pesa 250 toneladas.

¿Cómo consiguieron subir ese bloque?. Las construcciones mayas, las pirámides, los templos griegos, Stonehenge, Carnac, etc… contienen bloques de pesos realmente elevados, imposibles de levantar con poleas, cuerdas o haciendo palanca, y menos aún, transportarlas a largas distancias, y elevarlas a varios metros del suelo.

En el Líbano, se encuentran las Piedras de Baalbek, la ciudad del hijo del dios Baal, también llamada Heliópolis, residencia del dios griego Helios. La construcción abarca templos, como el Templo de Bacchus (Templo de Baco), que es más grande que El Partenón de la Acrópolis de Atenas. Las columnas del Partenón miden 10,4 metros de altura, mientras que la columnas del Templo de Bacchus miden 19 metros, casi el doble.

En el Capítulo 6 del Génesis (Antiguo Testamento), se dice: «En aquellos días, había gigantes en la Tierra, se unieron los hijos de Dios con las hijas de los hombres y les nacieron hijos. Ellos eran los héroes que desde la antigüedad fueron hombres de renombre». Así que la Biblia, narra cómo los seres humanos, se mezclaron con los dioses, dando a luz a semidioses, a guerreros que se convertirían en la élite, en héroes para sus pueblos.

La piedra de construcción más grande del planeta, tiene 21,36 m de largo y 4,33 de alto, su anchura es de 4,6 m y pesa entre 1.200 y 2.000 toneladas. No llegó a transportarse hasta la terraza de Baalbek y lleva el nombre de Hajar el Gouble (Piedra del sur) o Hajar el Hibla (Piedra de la mujer embarazada).

Esta piedra, así como otros aspectos de la terraza de Baalbek, ofrecen a los arqueólogos y otros científicos un gran jeroglífico. No se puede entender, cómo piedras de ese tamaño pudieron ser partidas, transportadas y encuadradas perfectamente. Las piedras que se transportaron en Egipto y Mesopotamia, supuestamente por miles de trabajadores con ayuda de cuerdas y rodillos de madera, medían 1/10 parte y pesaban cientos de kilos menos que las piedras de Baalbek. Y además, el terreno era liso y apropiado para poder desplazar esas ingentes masas de piedra.

Pero la zona de Baalbek, es todo lo contrario, ya que predomina el terreno angosto, lleno de cuestas, curvas y piedras por toda la zona. Tampoco existen señales de que el camino, en la antigüedad, fuera alisado en algún momento. Si las rampas existieron, ¿por qué no hay ninguna evidencia de ellas?. No existe ninguna fuente romana que nombre los métodos de construcción, los nombres de los ingenieros, arquitectos. ¿Quién y cómo consiguió erigir estos bloques tan descomunales?. ¿Qué clase de conocimientos poseían para poder hacerlo?.

Analizando el peso de las piedras, el terreno donde están ancladas, las zonas y canteras de donde fueron transportadas, la precisión con la que están puestas, y que no exista ningún rastro o prueba de la utilización de cuerdas, poleas, arrastre, terreno alisado, etc… han llevado a los expertos a considerar, que quienes realizaron esa construcción, poseían conocimientos muy avanzados de los Principios de Levitación Acústica, que consiste en que al incidir en un objeto y bajo determinadas circunstancias, las ondas acústicas logran mantener ese objeto suspendido en el aire sin necesidad de contacto alguno. Esta ley que desafía las leyes de la gravedad, se ha demostrado que es factible, el problema es cómo pudieron hacerlo con bloques de tantas toneladas.

En la Historia Regnun Britanniae de Geoffroy de Monmouth (año 1.136), se cuenta que Stonehenge, es una creación del Mago Merlín, que por obra de su magia, transportó las piedras desde Irlanda, gracias a la utilización de «fuerzas vitales», que según cuenta la historia, hace referencia a que Merlín, transportó los menhires de Stonhenge haciendo que estos volaran. Las leyendas antiguas, son un puente para descubrir lo que realmente sucedió. Merlín, siempre iba acompañado de una especie de varita mágica, del que emanaba el poder de los dioses. El poderoso druida, apuntaba a la piedra,  y ésta levitaba.

Las piedras de Stonehenge, provenían de diferentes localizaciones, todas a mucha distancia de donde se encuentra el monumento. Algunas piedras se trajeron desde Avenbury (a 20 km de distancia), otras desde los Montes Prescelly, en País de Gales (a más de 200 km de distancia), otras desde Mildford Haven (a más de 250 km de distancia), y las piedras azules, conocidas como «riolitos», procedían de Irlanda. Cada monolito, pesa más de 50 toneladas, así que todo el conjunto de Stonehenge, pesa miles de toneladas. ¿Cómo es posible, que un pueblo del Neolítico, compuesto por apenas un centenar de individuos, pudieron traer esas inmensas piedras con los medios primitivos?. Si carecían de los instrumentos necesarios para su transporte, ¿por qué, además, fueron a buscar esas rocas en localizaciones tan lejanas?. La única respuesta lógica, es que sí poseían la forma de transportarlas, y no era a través del arrastre, ni la fuerza de 50 hombres, ni poniendo troncos en el camino.

Stonehenge es un observatorio astronómico preciso. El anillo de los agujeros de Aubrey, se relaciona con el ciclo de los eclipses lunares. Distintos ángulos entre las piedras solitarias, servían para mostrar los solsticios y los equinoccios, las salidas y las puestas del sol y de la luna.

Así que, un reducido pueblo perdido del Neolítico, consiguió transportar toneladas de roca, y una vez en el lugar preciso, las posicionaron de forma perfecta para la observación del cielo. Por supuesto, esto no es cosa del azar, sino de un conocimiento muy avanzado en astronomía, en coordenadas de la Tierra, y en saber exactamente qué tipo de piedras se necesitan, su tamaño exacto, de ahí que procedan de diferentes partes.

Mientras que los egiptólogos, y creyentes ortodoxos en los métodos primitivos, afirman que esos bloques de piedra fueron movidos y puestos en su sitio utilizando solo la mano del hombre, expertos en el traslado de grandes pesos utilizando grúas modernas tienen grandes dudas al respecto. Una compañía especializada en grúas de alto tonelaje, instaló una prensa hidráulica que pesaba 65 toneladas. Para elevarla y pasarla por encima del tejado, tuvieron que traer una grúa especial. Esta grúa fue traída en piezas, y fue transportada en 15 trailers, desde una distancia de 80 millas en un período de cinco días.

El peso máximo que habían conseguido levantar con la grúa especial,  fue en una central nuclear, levantando pesos de entre 100 y 150 toneladas. Estos expertos, al ser preguntados por bloques de más de 200 toneladas, como las que se usaron en el interior de la Gran Pirámide y en el Valle de los Reyes, mostraron su asombro y escepticismo, dudando de los primitivos métodos propuestos por los egiptólogos. Así que ya no digamos, por piedras como las de Baalbek, que pesan más de 1.000 toneladas.

Edward Leedskalnin, fue un escultor que construyó con sus propios medios, el monumento conocido como Castillo de Coral, en Florida. También se le conoce por sus inusuales teorías acerca del magnetismo. Trabajando solo y de noche, Leedskalnin extrajo y esculpió alrededor de 1.000.000 Kg (1.100 toneladas) de coral en dicho monumento.

Leedskalnin, ideó la manera de levantar y maniobrar grandes bloques de coral de hasta 30 toneladas. En Homestead, Florida, usando su celosamente escondido secreto, fue capaz de tallar y construir un complejo entero de bloques monolíticos de coral. En comparación, el peso de cualquier bloque utilizado en el Castillo de Coral, era mayor que los utilizados en la Gran Pirámide. Trabajó durante 28 años para completar su trabajo. ¿Cuál era el secreto de Leedskalnin? ¿Cómo es posible, que él sólo, pudiera levantar esas toneladas, sin conocer las técnicas ni poseer los conocimientos actuales de física y mecánica?.

Si asumimos que Leedskalnin y los antiguos constructores de pirámides usaron técnicas similares, las estimaciones en cuanto al número de trabajadores que supuestamente se emplearon en Egipto, cambiarían totalmente. Leedskalnin transportó y elevó 1.100 toneladas en un período de 28 años. Entonces, los 5.273.834 de toneladas de piedra de la Gran Pirámide, podrían haber sido transportadas y elevadas por tan sólo 4.794 trabajadores (y no por 100.000 hombres como se asegura).

Leedskalnin afirmaba que toda la materia, consiste en imanes individuales, y es el movimiento de esos imanes dentro de los materiales y en el espacio, lo que produce los fenómenos mesurables, por ejemplo, el magnetismo y la electricidad. Fue capaz de idear métodos de levantamiento y maniobra de grandes pesos, imposibles para el ser humano sin la utilización de maquinaria moderna. Se especula que podría haber utilizado el electromagnetismo, para eliminar o reducir la fuerza gravitacional de la Tierra.

Unos niños afirmaron una vez, que vieron como Leedskalnin, transportaba unos enormes bloques de piedra que levitaban literalmente en el aire, como globos de helio. Este dato, junto al generador magnético que inventó, ha originado a un grupo de personas que opinan que Edward conocía el secreto de las pirámides, y que se valió de la manipulación de los campos magnéticos terrestres para magnetizar las piedras y atraerlas sin esfuerzo hasta su ubicación.

Edward levantó piedras emulando el sistema de construcción de las pirámides y de Stonehenge. Es evidente que dominaba los principios del magnetismo como Nikola Tesla, y de la dinámica de la Ley Telúrica y el sonido, al «estilo ancestral». ¿Quién le transmitió esos conocimientos?. El lugar donde está edificado todo el complejo del Castillo de Coral, no está elegido al azar, sino que está asentado en un lugar específicamente elegido (20 puntos vórtex de inversión magnética), donde las fuerzas telúricas que por allí discurren, ayudan a redirigir la fuerza de la gravedad a través de la física hiperdimensional.

Este área del sur de Florida, es considerado parte del Triángulo de Las Bermudas, siendo un levitador dimagnético de gran alcance, y se ha comprobado que la distancia entre el lugar del actual asentamiento del Castillo de Coral y el Polo Norte, tenían la posición y los armónicos ideales para la manipulación de la antigravedad.

De todo el complejo de la ciudad que levantó, la puerta de acceso al lugar es el más espectacular. Consta de una enorme puerta giratoria de piedra de 9 toneladas, que descansa sobre una pequeña piedra cilíndrica, a su vez apoyada en un engranaje automotriz con un agujero alineado con su centro de gravedad.

Esta puerta de piedra está tan perfectamente equilibrada, que puede ser abierta con facilidad con un solo dedo. Los ingenieros, con ayuda del láser e informática avanzada, aún no han conseguido duplicar esta hazaña de ingeniería. Y esto ocurrió, cuando hace algunos años, los rodamientos de la rueda se atascaron por desgaste. Para alzar la puerta de 9 toneladas, se necesitó llevar al complejo una gigantesca grúa hidráulica de 600 c.v. de fuerza, y poder cambiar los rodamientos. Al levantar la roca, se descubrió una segunda roca en forma de tarta, sobre la cual descansaba el bloque principal y cuya existencia se desconocía. Esta segunda piedra, estaba tan perfectamente encastrada, que fue imposible extraerla sin romper el corte horizontal de la misma. Los investigadores la hicieron analizar, y los resultados arrojaron que era de una composición totalmente desconocida y que no era originaria del planeta Tierra.

Esta construcción, es considerada por muchos la Octava Maravilla del Mundo, o el Stonehenge moderno, por sus proporciones megalíticas y por emular su sistema de construcción, basado en la combinación de fuerzas telúricas y magnéticas y la condensación de las vibraciones del sonido para anular el poder de la gravedad. Edward inventó el Generador Magnético, con el que supuestamente hacía levitar los bloques de piedra, y aseguró que este invento, solucionaría todos los problemas energéticos del planeta.

Afirmaba que cada partícula de la sustancia, es un imán por sí mismo, y que el norte y el sur planetario constituyen imanes opuestos. En su generador, todas las corrientes se alteran y la energía que producen puede redirigirse a través de un conmutador. Los imanes y las corrientes magnéticas, tejen la tela de conexión y creación en todo el universo, y todo es cuestión de comprender dónde están concentrados estos flujos telúricos, que corren unos contra otros, y regular el intercambio mediante la oposición de imanes contrarios. Es decir, Leedskalnin ya hablaba de unificar las cuatro fuerzas que rigen el universo, hallar una teoría unificada, la Teoría de Cuerdas.

Cuando Edward estaba construyendo su ciudad, se percató que las coordenadas donde debían estar situadas, no eran las correctas, así que tuvo que trasladar todo de lugar. ¿Cómo pudo hacerlo sin ayuda de nadie?. Edward Leedskalnin, afirmaba que los métodos de construcción que empleaba, sobrepasaban en mucho a la ciencia moderna, ya que utilizaba los campos magnéticos terrestres y el uso de esa energía, le permitieron vencer las normas establecidas de gravedad y equilibrio, al igual que hicieron los egipcios y otras civilizaciones antiguas.

En Philadelphia, se encuentra la Sala Norman Hall, de la Gran Logia Masónica, que es una representación del poder que Edward dejó plasmado en su Castillo de Coral.

En sus paredes, se encuentran los secretos del magnetismo. Leedskalnin inventó una rueda giratoria, que formaba parte de la estructura del aparato que construyó, para anular el peso de los bloques de piedra. Esa rueda, está formada por imanes en forma de «U», que lo divide en 24 partes.

El símbolo que aparece por toda la ciudad de coral, es el hexagrama de la Estrella de David, que también aparece como patrón en la rueda. La Estrella de David, está envuelta en los campos magnéticos de los 24 imanes que la rodean. Los polos de los imanes, están curvados para que apunten hacia fuera. Esto significa, que hay 24 polos positivos y 24 polos negativos, un total de 48 flujos de imanes apuntando al exterior. La Estrella de David representa lo opuesto, que a su vez, constituye la base del equilibrio y de la armonía.

Curiosamente, de la Estrella de David de la Sala Norman Hall, salen 48 rayos de energía, en dirección a todas las partes que lo rodean, tanto al cielo, como a la tierra. En el centro de la Estrella de David, aparece una campana, igual que a la entrada de la ciudad de Leedskalnin.

Es evidente, que los francmasones, también conocen el poder de los campos magnéticos y de la antigravedad. Mucha simbología de ellos, hacen referencia a los opuestos, al equilibrio y a un conocimiento superior que hay que mantener en secreto, ya que la Humanidad, seguramente no esté preparada para ello.

En ciencia, existe un experimento conocido como Efecto Hutchinson, que es un efecto electromagnético fuertemente anormal, que causa la gelatización o la fusión de metales en frío, y la levitación espontánea de sustancias comunes como plástico, madera o metal. Estos diferentes efectos, serían el resultado de una interacción de ondas longitudinales muy complejas, con campos electromagnéticos pulsados de una manera muy precisa. Aquellos científicos que estuvieron en el laboratorio con el Profesor Hutchinson, dijeron que las interacciones electromagnéticas realizadas, permitirían obtener energía viniendo de otro lugar (creación de un vórtex). Muchos efectos creados en el laboratorio, recuerdan fenómenos observados en el Triangulo de las Bermudas (nubes movedizas, anomalías electromagnéticas, etc…), así como una neblina ligera desplazándose en el cuarto, similar a lo que describió Bruce Gernon durante su vuelo hacia Florida, en el Triángulo de las Bermudas.

Edward Leedskalnin, demostró con hechos, que las antiguas civilizaciones, los relatos sobre dioses con conocimientos avanzados, que las grandes estructuras que conocemos como las Pirámides, Templos, Murallas, que fueron fortificadas y construidas con bloques de rocas con pesos desmesurados, no fueron levantadas como nos dicen los libros. Los arqueólogos, egiptólogos y demás «logos», se empeñan en teorizar sobre propuestas ilógicas, sin abarcar todas las opciones. Ellos dicen que 200.000 hombres cada día, sin parar, sin descanso, transportaban cada piedra, a grandes velocidades, y con conocimientos que eran imposible que poseyeran, llegaban a la perfección cada vez, con cada roca, sin errores. El paso del tiempo, y nuestra tecnología, sumándole una lógica aplastante, nos dice que es imposible que eso ocurriera de esa forma, que es inviable, y donde nada encaja.

¿No es más sencillo, abarcar todo el espectro de posibilidades, y pensar que seguramente existen civilizaciones no de este mundo, que nos llevan miles o millones de años de ventaja, que es muy probable que hayan estado aquí, y que todos los conocimientos tan avanzados e inexplicables de nuestros ancestros, se debieron a la intervención de estos seres?.

¿No es más sencillo interpretar los relatos de los textos antiguos, así como las leyendas, las historias de nuestros antepasados, donde todos, sin excepción, en el comienzo de sus tiempos, hablan de dioses que bajaron de los cielos, que tenían poderes sobrenaturales, que se mezclaron con la especie homínida, y que les ayudaron a levantar aquellas ciudades mastodónticas?.

¿No es más sencillo y lógico comprender, que Stonehenge, las Pirámides, Teotihuacan, Angkor Wat, etc… posean paralelismos astronómicos comunes, con orientaciones exactas a los cielos, a constelaciones o estrellas concretas, en una época donde los seres humanos no sabían de astronomía, porque seguían instrucciones de seres que sí conocían perfectamente los cielos, comprendían los equinoccios, solsticios, ciclos lunares, que la Tierra era redonda, que existían fuerzas invisibles que regían nuestro planeta y el cosmos, que existen muchas más dimensiones de las que podemos percibir, y que ellos sí pueden manejar y controlar dichas fuerzas?.

¿No es más sencillo aceptar que los eslabones perdidos, que hallazgos que van contra aquello que creemos conocer, que la evolución tan rápida del homo sapiens, que las extinciones masivas de los seres que dominaban el planeta, no fueron obra del azar, sino de seres que necesitan que, por algún motivo que desconocemos, nuestra especie evolucione rápidamente por algún propósito que nos será desvelado en un futuro?.

Buscar una respuesta sencilla a un problema complejo, es un camino tan escarpado y escabroso, que una vez resuelto, nos parece que la complejidad no residía en el problema, sino en la sencillez de su resolución. (Jorge Palazón 19/04/2012).